SIGAUS, el sistema encargado en España de la recuperación de aceite industrial, un residuo peligroso, llevó a cabo el año pasado 183 operaciones de recogida de aceite usado en Ceuta, en las que se atendió a 64 establecimientos, más de la mitad talleres mecánicos. Esta gestión evitó la emisión de 55 toneladas de CO₂ y ahorró la utilización de 24.160 barriles de petróleo, siguiendo así con la hoja de ruta marcada para lograr una economía más circular, en la que los residuos se convierten en recursos.

Los aceites usados procedentes de los vehículos o la maquinaria son un residuo peligroso y con un elevado potencial de impacto ambiental. En 2020 SIGAUS garantizó el cumplimiento legal y la protección de nuestro entorno con la recuperación de 74 toneladas brutas de aceites usados en Ceuta. Esta cantidad incluye el volumen de aceite usado neto finalmente tratado, y ciertas cantidades de impropios, como agua o sedimentos, que suponen el 6% del total, y que han de separarse durante el tratamiento.

El 55% de los establecimientos en los que se realizó el servicio de recogida fueron talleres mecánicos (35 talleres), siendo además la actividad de mayor generación de aceite usado en esta comunidad, con 35 toneladas generadas, casi la mitad del volumen total recuperado en esta comunidad (48%). En 2020 SIGAUS recogió en todo tipo de talleres: marquistas, multimarca, independientes, multiservicios, especializados, autocentros, mecánica rápida, vehículos industriales o lavado y engrase.

Otras recogidas tuvieron lugar en una amplia variedad de actividades, como la industria, la agricultura, el comercio, la hostelería, el transporte o la construcción, entre otras, que sumaron 29 establecimientos.

Eduardo de Lecea, director general de SIGAUS, hace balance del año asegurando que “2020 ha sido nuestro año más responsable. Cuando todo paró, nuestra actividad fue declarada esencial, y decidimos reforzar nuestro sistema para seguir ayudando al tejido económico mediante la recogida del aceite usado en toda España. Nuestra misión fue asegurar en todo momento la operativa de otras actividades esenciales, y garantizar que el aceite usado no fuera un problema añadido, sino uno resuelto. En definitiva, que la gestión del aceite usado no parase para miles y miles de empresas que nos necesitaban”.