El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, se ha reunido este miércoles con su homólogo del Grupo Tragsa (Tragsa y Tragaste), Jesús Casas, y su equipo directivo para repasar lo hecho y mirar también a lo que queda por hacer en materia de infraestructuras públicas en la ciudad. Ambos se han desecho en elogios mutuos, síntoma de que la relación entre la empresa pública y la Ciudad Autónoma atraviesa un momento dulce, pero también han mirado al futuro. Ahí, en el horizonte, lo más inmediato es la remodelación del Parque de Santa Catalina, incluida en los presupuestos Generales de la Ciudad para 2023 por un valor de algo más de 3,5 millones de euros. Una obra que estaría a punto de comenzar y que este miércoles, Vivas ha cifrado en unos 4 millones de euros, aunque no ha concretado el plazo de ejecución ni cuándo, al fin, los ceutíes podrán ver verde sobre lo que fue un vertedero, después del fiasco inicial.

Vivas cree que en Tragsa “saben que todos los ceutíes anhelan aquella actuación que implicó y tuvo un impacto am bienal tan determinante como fue el sellado y cierre del vertedero de santa catalina se convirtiera en un parque debidamente dotado de la vegetación adecuada al lugar”. Pero por el camino surgieron problemas que han dejado esa zona en un erial sin vegetación, se supo, cientos de miles gastados en plantas que murieron al poco tiempo después, que el problema estaba en se había cubierto el antiguo vertedero con menos tierra de la que correspondía al proyecto. Ahora, el presidente tiene fe en que con los 4 millones que se invertirán al final la zona reverdecerá:

“El encargo es aproximadamente por 4 millones de euros y cuando se culmine los ceutíes vamos a poder ver convertido aquello en el parque urbano que todos deseamos y donde antes había un vertedero, que creo que era un problema medioambiental muy considerable”, ha repasado Vivas.

El presidente ha puesto en valor todo lo que ha hecho Tragsa por la los ceutíes y así ha repasado varias obras, la de la remodelación de Gran Vía, Jáudenes y plaza de África, la de la pasarela de Miramar, la de la avenida Claudio Vázquez, el polideportivo Díaz Flor o la pista de atletismo entre otras. Todas y cada una de ellas con varios años de retraso sobre lo previsto, una cualidad esgrimida por el Gobierno Vivas, la de la puntualidad en los plazos, cuando entre fuertes críticas decidió apostar con fuerza por las encomiendas a Tragsa, primero, y Tragaste, después: iban a procurar una ejecución más veloz de las obras públicas por el mero hecho de ahorrar el proceso de licitación.

Retrasos, por otro lado, por los que sin mencionarlos de forma específica, el presidente del Grupo Tragsa ha pedido disculpas. “Siempre hay que pedir disculpas, algunas cosas no salen tan bien, algunas veces hay retrasos, pero siempre estamos ahí”.

Pero además hay servicios que ya hace Tragsa: asiste y mantiene los polideportivos, adecenta playas, orienta a la Ciudad para los proyectos de fondos europeos en materia medio ambiental referidos al Plan de Recuperación y Resiliencia o gestiona un itinerario de inserción sociolaboral.

Ante las críticas recibidas, este mismo martes, de parte de la Confederación de Empresarios, por el peso que ha tomado la empresa pública en detrimento de las empresas privadas, Vivas lo ha dejado claro: “Creo que si hacemos una estimación en términos porcentuales de lo que significa Tragsa y lo que significa la contratación a entidades privadas, ganan por goleada las contrataciones a entidades privadas. Es una situación equilibrada la que mantenemos y Tragsa es fundamental para solucionar problemas”, ha repasado Vivas.

Vivas ha agradecido a Jesús Casas y su equipo la implicación con Ceuta:

“Hemos tenido una reunión muy satisfactoria en la que he tenido la oportunidad en agradecerle al presidente el interés que ha tomado desde que empezamos a trabajar con él y desde que él ocupa la Presidencia para que el comportamiento de estas entidades fuera satisfactorio en nuestra ciudad y creo que ese agradecimiento se corresponde con ese interés al que me refiero y con una actitud eficiente, eficaz, diligente, transparente, que creo que supone un hecho cualitativo para Ceuta (…) Quienes creemos en lo público, quienes creemos que las administraciones públicas están capacitadas de manera eficiente para atender las necesidades de los ciudadanos, creo que tenemos un buen ejemplo en Tragsa y Tragastec y, en particular, un buen ejemplo desde el punto de vista de la gerencia, de la gestión y de la dirección, en su presidente, Jesús casas, que hoy nos acompaña”, ha elogiado Vivas.

Y Casas le ha devuelto las gracias y los elogios:

“Hay unos sitios donde uno viene con particular cariño y particular sensación de que es entendido; y uno de ellos es Ceuta. Y eso se debe a una persona que está aquí a mí lado (Vivas). Los que creemos en lo público nos sentimos orgullosos de este tipo de personas que construyen país. Tragsa es un instrumento de la Administración del Estado, medio propio de todas las administraciones, yo soy funcionario público, pero estamos para dar servicio público y apoyar en lo que las administraciones consideran. Es una satisfacción poder dar ese trabajo y una carga de responsabilidad que asumimos con toda la dignidad que podemos hacer las cosas (…) Siempre estamos ahí porque formamos parte de la raíz de la construcción de un país. Ceuta forma parte España, obviamente, somos españoles, sois españoles, y nosotros tenemos que estar aquí como compromiso de responsabilidad (…) Los presidentes somos efímeros, hasta el presidente de Ceuta que es magnífico y podría durar hasta la eternidad tendrá un final. Yo me iré de Tragsa, pero me parece importante que todos asumamos la importancia de tener un medio propio como Tragsa”, ha defendido Casas.

Vivas de forma expresa ha agradecido el compromiso de la empresa pública con la ciudad cuando a pesar de haber sufrido retrasos en los pagos ha mantenido al día el cobro de las nóminas de los 250 trabajadores con los que cuenta ya en Ceuta. Y ha puesto en valor la especialización de la empresa, por ser pública, en lo que los procedimientos administrativos suponen.

La empresa pública da trabajo a 20.000 personas en todo el país, tiene 5.000 encargos en marcha y trabaja con 350 poderes adjudicadores. Porque tal y como ha recordado Jesús Casas, cuando reciben encargos no son opcionales, son obligatorios asumirlos para la empresa al precio que fije y estipule cada administración.