María José Aguilar, responsable de Migraciones, Servicios Sociales y Dependencia de Podemos en Castilla-La Mancha, ha pasado los últimos cuatro días en Ceuta. Aquí ha confirmado el panorama desolador que transmiten los medios de comunicación en torno a la gestión de la frontera o del drama de la inmigración. No ha tenido ninguna sorpresa pero sí una visión: “Aquí es como si hubiera tenido una visión muy clara, a pequeña escala, de lo que pueden ser las consecuencias si ahora no actuamos”. Aguilar se ha encontrado “con una ciudad profundamente dual” en la que quien vive bien está mejor que en la Península y quien está al borde de la exclusión está en mucha peor situación que sus iguales al otro lado del Estrecho. “Creo que esto puede ser el futuro que le espera al resto del Estado si no se producen los cambios en políticas que requiere una reversión profunda de la situación”.

Una dualidad que la dirigente manchega de Podemos percibe también en la presunta convivencia. “Es una paradoja, en un sitio que tan pequeño, tan delimitado, tan encapsulado, uno podría pensar que el conocimiento, el intercambio mutuo y la convivencia tendrían que ser una cosa muy fácil, como nos pasa a la gente que somos de pueblos pequeños, pero me voy con la sensación de que mucha gente comparte un espacio físico muy reducido pero viven de espaldas unos a otros”, resume.

Una situación que, de seguir así, puede ser irreversible, advierte. “En este punto o tomamos decisiones muy diferentes de lo que se ha venido haciendo hasta ahora en materia de gestión institucional, administración pública, políticas económicas y fiscales y logramos cambiar esta tendencia o sino vamos hacia un abismo del que sería muy difícil salir”, alerta, “mantener lo que hay puede suponer un estallido de consecuencias incalculables en el futuro”.

Son “sensaciones”, insiste tras cuatro días conociendo in situ el trabajo de las pocas oenegés que trabajan con los inmigrantes en Ceuta. Pocas pero “un ejemplo a seguir”, especialmente Digmun y Elín. “Merece la pena apoyarlos desde los territorios peninsulares para dar continuidad a su labor, no solo en temas de alfabetización, sino de acogida, defensa activa de derechos y establecimiento de vínculos”, sostiene.