Bel defiende con papeles la legalidad de las compras a Kibesan 2000

photo_camera En esas dos carpetas de papeles centró Bel sus argumentos

- La consejera niega conocer a los responsables de la empresa y muestra numerosa documentación de la misma, desde contratos de trabajo hasta actas notariales para dejar claro que la empresa está en regla

- "Los dos papeles y medio que tengo los he ganado honradamente y nadie va a poder demostrar lo contrario. No tengo nada que ocultar desde el día que nací", asevera Bel

- La responsable de Empleo anuncia que se querellará con todo aquel que aproveche esta historia para "cruzar la línea y poner en duda su honor"

Algo más nerviosa de lo que es habitual en la que fuera durante toda la pasada legislatura portavoz del Gobierno de Juan Vivas, la hoy consejera de Presidencia, Gobernación y Empleo, Yolanda Bel, se puso ante los focos de los medios de comunicación para rendir explicaciones por las compras realizadas desde su consejería a Kibesan 2000 SL, tal y como le había venido demandando durante toda la semana el secretario general de los socialistas.

Bel llegó a la sala de prensa con dos carpetas llenas de papeles en los que ha basado su alocución y sus explicaciones, tratando como prometió al inicio de la comparecencia de “no ofrecer mi opinión o mi valoración personal” sino de objetivar que la empresa existe y que las compras realizadas desde su área son legales a todas luces.

Bel comenzó por andar el camino ya arado por sus compañeros, Juan Vivas y Emilio Carreira durante el jueves y el viernes. Así, comenzó por ridiculizar a Carracao por el “patinazo” de contar tres veces las mismas facturas para elevar la cantidad de las compras a 124.000 euros, cuando en realidad son 39.748,93 euros en facturas ya pagadas y 1.239,10 euros en una factura aún pendiente de pago. Unos 41.000 euros dentro de una partida total para la compra de material con destino a los Planes de Empleo y su puesta en marcha de 600.000 euros, un 7 por ciento aproximadamente del total de la misma, destinado a una empresa, Kibesan 2000 SL, puesta en la picota esta semana.

Eso sí, a Bel no le basta que el PSOE haya reconocido su “error” en una nota de prensa de 11 líneas y espera una rectificación en toda regla después de sus explicaciones. “No se arregla con 11 líneas”. Bel además reprochó al socialista que haya salido a la palestra a cuestionar la labor de la Consejería y a dudar de su honradez con “grandes titulares” con información errónea y sin preguntar a su área, que ha insistido varias veces “ahí la tiene, a la consejera y a la Consejería, porque voluntariamente se me han ofrecido los técnicos a darle explicaciones, para preguntar todo lo que quiera. La tiene, la ha tenido y la va a seguir teniendo”, ha lanzado Bel.

Bel ha justificado con un informe de Intervención, supuestamente previo a la polémica, la compra: “En el análisis del caso que nos ocupa resulta meridianamente justificada la legalidad de su procedimiento”, leyó Bel para zanjar cualquier polémica sobre un posible fraccionamiento de pagos.

A la conclusión llegó después de explicar que no hay otra forma de gestionar la puesta en marcha de los planes de Empleo y que si se quisiera licitar y sacar a concurso una partida de gasto para comprar material para arrancar esos planes en 2014 la licitación y las bases del concurso tendrían que estar siendo gestionadas y preparadas para publicarse ya, “cuando ni tan siquiera sabemos si va a haber Plan de Empleo el próximo año”, ha explicado Bel. Es decir, imposible prever qué comprar para los programas aún por definir de los Planes de Empleo, también aún por dibujar y presupuestar, según el argumento dado por Bel.

Bel disipaba con esa explicación cualquier duda sobre un posible delito administrativo al fragmentar pagos. Es más, según el relato de Bel, los técnicos le han advertido que si hubiera concurso no podrían después “ni comprar un boli”, ya que en ese caso sí habría fragmentación de pagos.

“Que coman todas las empresas locales”

Más aún, Bel explicó e insistió en otro argumento ya lanzado por Vivas el jueves. Su Consejería trabaja con más de cien empresas locales como proveedoras. “Difícil encontrarlo en otra área”, ha dejado caer Bel.

Su argumento es sencillo: mejor distribuir el gasto en pequeñas cantidades entre muchos que no una sola cantidad grande para uno y vía concurso al que podría presentarse cualquier empresa del mundo.

Para Bel es fundamental huir de esa opción que podría ahogar a muchas pequeñas empresas locales, para ella lo “justo es abrir el abanico y que como dicen en mi pueblo coman todas las empresas locales”. Y para ella lo sospechoso sería que hubiera una única que se llevara una gran partida. “Lo que estamos haciendo es que todas las empresas locales de Ceuta puedan trabajar”, ha explicado.

Empresa fantasma

La puesta en escena de Bel se basó en un elemento central: dos carpetas llenas de papeles relacionados con la empresa Kibesan 2000 SL y que venían a rebatir, casi en sí mismos, gracias a la teatralidad, que la empresa sea sospechosa de nada. Menos aún de ser una empresa fantasma, como también había insinuado Carracao durante toda la semana al afirmar que la sociedad había sido dada de baja en el año 2001, que no tenía sede social posible de encontrar o número de teléfono.

Bel agitó, más que mostrar los papeles: certificados de la Agencia Tributaria, de Hacienda, de la Seguridad Social, de Servicios Tributarios de la Ciudad Autónoma o incluso documentos notariales (de lejos y a toda velocidad parecieron originales más que copias) o contratos registrados en el Servicio Público de Empleo Estatal.

La consejera aseguró y afirmó que todos los papeles mostrados se correspondían con Kibesan 2000 y que eran de fecha reciente, al menos los que podían ser de fecha reciente, como por ejemplo el certificado expedido por Servicios Tributarios que corrobora que la empresa está al día en el pago de impuestos locales: sólo puede certificarse con una antigüedad máxima de seis meses.

A diferencia de otras ocasiones Bel no tendió los papeles a la canallesca ni emplazó al Gabinete de Prensa a lanzar cuanta información oficial fuera necesaria. Tal vez porque algunos de esos documentos pudieran contener información sensible de la empresa cuya difusión la haga incompatible con la Protección de Datos.

A pesar de tener en su poder hasta actas notariales de Kibesan 2000 SL, Bel aseguró no saber ni quién está detrás de la empresa. Si bien no fue capaz de aclarar por qué cauce habían llegado hasta ella toda esa cantidad de documentación, más allá de que tenía lo que le había pedido a su equipo: un expediente que objetivara que todo se había hecho en regla, que la empresa no era fantasma y que estaba al día de sus obligaciones y que cumplía con el perfil del contratante y los requisitos exigidos por la Ciudad Autónoma. “Cuando veo que todo esto coge un tamaño que no tiene sentido (en referencia a la polémica y las sospechas lanzadas por Carracao) decido que quiero aclarar todos los extremos, pero no de manera verbal, con papeles por delante”, aclaró Bel.

También negó haber sido ella o alguna otra persona en la Consejería quien hubiera ido en busca de la empresa para realizar las compras. Y tampoco fue capaz de ofrecer un dato sobre si la empresa había pagado IPSI en el último ejercicio más allá de lo facturado a la Ciudad Autónoma para acredita que trabaja con más empresas, aunque Bel dio por sentado que sí y apostillo: “No somos el único área que trabaja con ella”.

Su falta de concreción de datos sobre la facturación de Kibesan 2000 SL más allá de las compras realizadas por su Consejería, Bel la justificó así: “La empresa no me va a facilitar vida y milagros”, a pesar de haber mostrado ya para ese entonces hasta actas notariales y contratos de trabajo.

Honor y querellas

Dados todos esos argumentos, Bel insistió en que no es suficiente una rectificación de 11 líneas, en alusión a la nota del PSOE del viernes por la que Carracao reconoció su error. E insistió también, al igual que Carreira, en que no había mala fe por parte de Carracao, tan sólo “desinformación o desconocimiento de la documentación”. Bel dijo confiar en su buena fe y explicó su error porque “no ha ido al sitio adecuado o a las personas adecuadas para preguntar por lo comprado. En la Consejería se lo hubiéramos aclarado”, insistió Bel.

Y hasta ahí sus explicaciones. Bel manifestó su estupefacción por tener que salir a aclarar una compra de 41.000 euros en suministros. “Es la primera vez que me pasa”.

Y defendió su honor con uñas y dientes, anunciando con fuerza querellas (más de cinco veces) para quienes quieran aprovechar este río revuelto para dudar de su honradez. “Si se duda de mi honorabilidad me voy a querellar”. Un presente que va a ser pasado, dado que ya ha dado instrucciones a los servicios jurídicos de revisar lo dicho y publicado estos días sobre su persona con intención de llevar a los juzgados lo que pudiera haber “cruzado la línea roja”.

“No tengo nada que ocultar desde el 19 de julio de 1975, que fue el día que nací. Me pueden mirar desde arriba hasta abajo, lo que publico (en referencia a su declaraciones de bienes) y lo que me quieran pedir. Bienes personales tendré tres papeles y medio, pero los he ganado honradamente. Me voy a querellar contra el que sea que lo dude y va a tener que demostrar cuándo y en qué momento he metido la mano. Y al que yo lleve va a tener que demostrarlo de principio a fin”, sentenció con contundencia Bel.

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