Gobierno y oposición protagonizan un Debate sobre el Estado de la Ciudad aburrido y sin sorpresas


Gobierno y oposición protagonizan un Debate sobre el Estado de la Ciudad aburrido y sin sorpresas

Si hay algo por lo que no se caracteriza la Asamblea desde hace años es por la calidad de los discursos y el enfrentamiento político. En la última edición del Debate del Estado de la Ciudad, el presidente Juan Vivas logró una vez más llevar el partido a su terreno, convirtiendo la sesión en un aburrido e insulso intercambio de discrepancias. El escenario que  mejor le sienta y en el que puede defenderse con su martilleante y vacua oratoria. Entre las pocas novedades, el anuncio de que la Ciudad construirá 2.000 viviendas en suelo que adquiera de Defensa para paliarlas deficiencias inmobiliarias de Ceuta. Con qué dinero se va a hacer todo es algo no obstante de que de momento nadie sabe.

La oposición repitió modus operandi de años anteriores. Las críticas habituales, como la RPT, Manzana del Revellín o el excesivo gasto recibieron las ya consabidas y manidas respuestas del Gobierno, con la ligera matización de que Vivas reconoció que en el caso de la relación de puestos se equivocó que se iba a publicar cuando todavía queda mucho por delante. No lo volverá a hacer, asegura. A partir de ahora simplemente dará largas.

Pese a todo, el debate dejó espacio a algunos de los asuntos de la actualidad reciente, como el escándalo del Consejo de la Juventud, o las polémicas oposiciones a la Policía Local y las contrataciones genéricas al Inem. Balas que tanto UDCE-IU como PSOE dispararon con no demasiada convicción. Y entre todos, el irrelevante turno de Yolanda Bel ejerciendo una vez más de 'groupie' de Vivas. Y es que traspasar la delgada línea que separa el elogio del 'peloterismo rastrero' es muy fina. Demasiado.

Gobierno y oposición protagonizan un Debate sobre el Estado de la Ciudad aburrido y sin sorpresas


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