ABDELMALIK MOHAMED

"Aquella mano de obra barata de Marruecos tiene los días contados y hay que ir haciéndose a la idea"

"Aquella mano de obra barata de Marruecos tiene los días contados y hay que ir haciéndose a la idea"
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Abdelmalik Mohamed.
El presidente de Residentes Ceuta, Abdelmalik Mohamed, cree que, de momento, cualquier fecha para reabrir la frontera no es más que "conjeturas" y augura que cuando suceda "los ceutíes no van a sufrir cambios en sus hábitos". "Es previsible que los controles relativos a la seguridad aumenten significativamente, así como que se fije un estándar para el turista marroquí limitando los importes de compras que intente introducir a su vuelta", dice.

Pregunta: Las últimas previsiones apuntan a marzo de 2022 como fecha de posible reapertura de las fronteras de Ceuta y Melilla. ¿Es factible que eso suceda mientras España no cambie su posición sobre el Sahara Occidental, como exige Rabat?

Respuesta: Las fechas que se están publicando son simples conjeturas, pues no existen movimientos que señalen lo contrario. No es la primera vez que se fijan fechas en el horizonte. Yo no tengo ninguna fecha, como creo que no la tiene nadie. Lo único cierto, y es un indicador muy elocuente, es que los funcionarios de Aduanas siguen en Bab Sebta, eso motiva a la esperanza. En cuanto a lo que comenta sobre el Sáhara, pienso que tanto Rabat como Madrid alcanzarán acuerdos en paralelo a esa cuestión tan espinosa para que ambas fronteras vuelvan a abrirse.

P: ¿Es Marruecos la parte que más bloquea el restablecimiento del tránsito fronterizo o España, con su temor a encontrarse miles de ciudadanos del país vecino pidiendo asilo como tras la crisis de mayo?

R: Pienso que ni uno ni otro, que no existe voluntad de bloqueo propiamente dicho. El diálogo se mantiene a pesar de los desencuentros y no creo que ningún temor, independientemente de su calibre, influya en la decisión de reabrir las fronteras. Pienso que vivimos una situación excepcional, debido especialmente a los muchos acontecimientos que se han producido durante este año y medio de cierre. Me refiero a la decisión de Trump sobre el Sáhara y sus muchas connotaciones en el clima de las relaciones internacionales. El restablecimiento de las relaciones con Israel, el episodio de Ghali, la declaración del Parlamento árabe, la ruptura de relaciones entre Argelia y Marruecos, la situación epidemiológica, la crisis de mayo… Todo esto necesita ser ordenado, y requiere algo de tiempo.

P: De momento solamente se ha adelantado que en todo caso y en principio la circulación por el Tarajal se limitaría a los trabajadores transfronterizos.

R: Marruecos realizó un trabajo de campo para conocer a fondo las condiciones sociolabores de sus ciudadanos en Ceuta. Tienen información de primera mano, y es evidente que no están nada contentos. Se preguntan: ¿para qué mandar mano de obra si la misma no es valorada convenientemente? Hay notables diferencias entre un trabajador marroquí que realiza sus tareas en la Península y en otros países de Europa, y otro que las desempeña en Ceuta… Aquella mano de obra barata procedente de Marruecos tiene los días contados, y así hay que ir haciéndose a la idea.

P: ¿Le parece admisible la falta de soluciones de las autoridades de ambos países para los cientos de personas que se han quedado ‘atrapadas’ en la ciudad y a las que sólo se da la opción de renunciar a su trabajo si quieren ver a sus familias o continuar sine die en un limbo legal en Ceuta?

R: Es cierto que tanto España como Marruecos no profundizaron lo suficiente en el asunto de las personas que se quedaron en Ceuta, pues las veces que se abrió la frontera para que salieran significaba para muchos la pérdida de sus puestos de trabajo, y ante esa disyuntiva muchos prefirieron quedarse y cuidar de su medio de vida. Ahora de poco sirve preguntarse quién hizo más y quién hizo menos, y que lo que realmente importa es hallar soluciones para estas personas. Un pasillo excepcional hasta Málaga y de allí a Tánger puede ser una solución, pero eso tiene que planificarse de mutuo acuerdo. Percibimos una mayor receptividad sobre este asunto y esperamos que se resuelva muy pronto.

P: Marruecos ha realizado notables reformas en su parte de la frontera. ¿Con qué objetivo? ¿Qué va a cambiar sobre lo que conocimos para los ceutíes con respecto al sellado de pasaportes, la importación de vehículos...?

R: Las cosas que cita difícilmente van a cambiar. Pienso que todo eso se va a mantener en las mismas condiciones en las que estaba. Los ceutíes no van a sufrir cambios en sus hábitos al cruzar la frontera. Ahora bien, es previsible que los controles relativos a la seguridad aumenten significativamente, así como que es muy probable que se fije un estándar para el turista marroquí, limitando los importes de compras que intente introducir en el país a su vuelta.

P: El Gobierno de la Ciudad quiere pronunciarse definitivamente sobre la excepcionalidad de Schengen y la Unión Aduanera en 2022. ¿Qué opina, también como empresario, al respecto? ¿Cómo cree que tomaría el país vecino esas modificaciones en el régimen actual de la ciudad?

R: La visita del presidente [Vivas] a Madrid a la llamada de Sánchez supuso un punto de inflexión importante en la actitud del Ejecutivo ceutí. Creo que nada de eso se va a producir, pues la tendencia es reducir tensiones y no aumentarlas. El Gobierno está haciendo grandes esfuerzos para reconducir la situación y ahí tiene que colaborar la Ciudad mostrando una actitud consciente y constructiva.

P: Que Marruecos admitiese en la reunión del 10 de agosto en la frontera a representantes del Gobierno de Ceuta fue tomado como un gesto político de magnitud por el Ejecutivo local. ¿Se lo parece? ¿Permite atisbar, a futuro, un cambio en las relaciones entre la ciudad y las instituciones de su entorno más próximo?

R: Siempre hemos defendido una Oficina o Consejería de Vecindad, y seguiremos haciéndolo, pues estamos convencidos de que desde ese espacio se pueden realizar numerosas actividades que favorecerán a largo plazo a los ceutíes y a todo el entorno de la ciudad. Esto no significa ceder o perder soberanía, no es nada de eso, se trata de abrir nuevos cauces de comunicación mediante el diálogo y la comprensión mutua. Ceuta puede incentivar talleres formativos, promover actos culturales, organizar congresos, conferencias… Todo ello desde el respeto mutuo, así favoreciendo climas que propicien un mejor entendimiento y colaboración entre las partes. Es imposible lo que no se intenta.

P: ¿Cómo se han recibido en el país vecino las declaraciones de Vox cuestionando la españolidad de una parte de los ceutíes? ¿Alimentan sus tesis anexionistas?

R: Personalmente no creo en eso de “tesis anexionistas”, pienso que no hay nada de eso. Es cierto que en algunos espacios de Marruecos Ceuta y Melilla son vistas como “focos de tensión”, ya sea por sus peculiaridades fiscales, y otras, pero siguen siendo una “idea simpática”, y eso de un modo u otro habría que aprovecharlo con proyectos como los que he citado anteriormente. Sobre Vox, sus manifestaciones cuestionando la españolidad de una parte de los ceutíes carecen de veracidad, no es cierto. Marruecos nunca alimentó posiciones favorables en Ceuta a sus reivindicaciones, no hay registros fehacientes al respecto. Además, si hay algo que rechaza Marruecos en relación a Ceuta es que salgan supuestos líderes en su defensa enarbolando marroquinidad y cosas parecidas. La realidad nada tiene que ver con la que venden algunos.

P: ¿Cómo ve el futuro de esta ciudad?

R: Estamos viviendo una situación muy delicada, totalmente nueva para todos, que aún seguimos sin asumir plenamente. El cierre ha supuesto un golpe muy duro para todos, incluso para ellos. Pienso que son momentos cruciales para la historia de la ciudad, que deben tomarse medidas sobrias y valientes, y esto tiene que hacerse con determinación. El verdadero plan estratégico consiste en actuar con imaginación y sin darle la espalda a la realidad que nos rodea. El futuro de esta ciudad depende de si todos los recursos que están a nuestro alcance son valorados con suficiente equidad, rechazando cualquier forma de prejuicios y sentimientos enquistados.

"Aquella mano de obra barata de Marruecos tiene los días contados y hay que ir haciéndose a la idea"


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