La Manzana del Revellín entre luces y sombras

La Manzana del Revellín entre luces y sombras

-Esta semana se inaugura el anfiteatro de una de las obras más polémicas de la historia de Ceuta

-Triplica el precio inicial y las obras se han demorado en más de tres años

-El GIL en el 2000 cambió los usos de la parcela, incumpliendo el PGOU de 1992 que definía el terreno como de uso Cultural y Dotacional. Se pasó a un 51% Cultural y un 49% Comercial. Los partidos de la oposición lo consideraron un ‘pelotazo urbanístico’

-La lucha judicial del PSPC, consiguió que finalmente al menos el 90% de la obra se destine a la Cultura

Historia de La Manzana del Revellín

En 1997 el Pleno de la Asamblea aprobaba por unanimidad la construcción de un complejo cultural en la parcela cedida por el Ministerio de Defensa a la Ciudad situada en los terrenos del antiguo Cuartel del Revellín. Las formaciones con representación en aquella época que votaron la propuesta de encargar dicha construcción al prestigioso arquitecto portugués, Álvaro Siza, fueron PP, PSOE, PDSC, PSPC y Ceuta Unida.

Tras la llegada del GIL al poder en Agosto de 1999, la denominada Manzana del Revellín, empezó a pudrirse. El Gobierno decidió vender la parcela a una empresa privada, a cambio de construir el complejo, la plaza pública que se ubicaría en medio del mismo y las obras de peatonalización de la zona centro, desde el Edificio Trujillo, hasta la Plaza de los Reyes. A cambio también se modificaba el uso de la parcela, pasando a ser cultural y comercial prácticamente a partes iguales (51 y 49% respectivamente), la empresa pretendía destinar uno de los edificios a Centro Comercial. Todos los partidos políticos de la oposición se opusieron a lo que consideraron en aquella época como un ‘pelotazo urbanístico’ del GIL. Pese a la oposición de los grupos políticos (PP, PSOE, PDSC y PSPC) y a los informes técnicos y jurídicos en contra, el GIL llevó a pleno en diciembre de 1999 una modificación puntual del PGOU que desde 1992 tipificaba el suelo de la parcela como equipamiento cultural y espacio público. Finalmente el GIL decidió echarse atrás ante la evidencia de que Fomento no daría nunca luz verde a la operación. Así que se buscó un atajo. Vender patrimonio para obtener dinero para las arcas municipales, modelo utilizado por el GIL en Marbella, en aquella época la parcela del Revellín era prácticamente la única parcela propiedad de la Ciudad y la única situada en pleno centro, por tanto la más rentable. Siete meses después del Pleno fallido, en Julio de 2000, el Gobierno del GIL decide sacar a subasta el céntrico terreno, pese a ser cedido por el Ministerio de Defensa. Una sola empresa opta a la subasta sorpresa: Manzana del Rebellín, SL. La operación escondía otro truco ya que se vendía un terreno municipal que conllevaba una obra pública, evitando así sacar el proyecto a concurso como exige la Ley. En Julio de 2000, más concretamente el día 7, se firma una propuesta de la presidencia de la Ciudad en la que se cuantifica la indemnización al concesionario de la construcción y explotación de las plazas de garaje de la Manzana del Revellín, adjudicados en 1989, por un valor de 4.717.524 euros (784.929.981 pesetas), el importe en pesetas aparece curiosamente en la mencionada propuesta escrita en bolígrafo. Más que sospechoso resulta que el 12 de Julio de 2000, el Consejero de Fomento, Aurelio Mata solicita al arquitecto municipal que proceda a “establecer un valor de la expropiación de la concesión de aparcamiento de vehículos en la Manzana del Revellín”. El arquitecto municipal contesta sólo un día después, valorando la indemnización en 784.924.981 pesetas, siendo valorado como posible lucro cesante, sin existir ningún tipo de cálculo y siendo la cantidad exactamente idéntica a la consignada a bolígrafo en la propuesta de presidencia firmada seis días antes. La concesión para la construcción y explotación de 720 plazas de garajes en la parcela Manzana del Revellín fue adjudicada en 1989, a una empresa que construiría las plazas y la explotaría por un periodo de 25 años, dando a la Ciudad un importe anual por cada plaza de garaje y al cumplimiento de los 25 años de gestión, pasaría a ser propiedad de la Ciudad. La empresa propietaria de los derechos era en 1999 Construcciones y Contratas del Sur, SL, tras serle traspasados por la empresa adjudicataria en un principio, Decasport. Pero en el año 2000, más concretamente el 18 de julio, comparecen ante el Secretario General de la Ciudad los responsables de la empresa que renuncia al contrato de gestión del servicio de aparcamientos subterráneos en la Manzana del Revellín y aceptan la indemnización de 4.717.524 euros. Curiosamente los comparecientes no eran los propietarios de Construcciones y Contratas del Sur, SL, eran dos Consejeros Delegados de la SL, Manzana del Rebellín, empresa constituida en mayo de 1999. El negocio era redondo, de los más de nueve millones de euros de la subasta de la parcela, casi cinco eran para la propia empresa en concepto de indemnización por rescatar la concesión administrativa de las plazas de garaje licitadas en 1989. Y es que según decreto del Presidente de la Ciudad con fecha 21-09-99, decide transmitir la concesión administrativa a la empresa Manzana del Revellín, SL, pese a que ese tipo de transmisiones sólo son potestad del Pleno. Pero el tema no termina ahí, unos días más tarde, el 21 de Julio de 2000 se aprueba el pliego de condiciones para la subasta pública del solar, por valor de 9.417.205,38 euros, de los que debería destinar 4.717.524 a l pago de la indemnización de las plazas de garaje comentado anteriormente, y 4.699.681,19 mediante la ejecución de diferentes obras, más concretamente la peatonalización del Paseo del Revellín y Calle Camoens, proyecto, ejecución y cesión de la Plaza de las Cuatro Culturas, en el interior de la parcela del Revellín, con una superficie de al menos 2.000 metros cuadrados. Pryecto, ejecución y cesión de Edificios Culturales, con una superficie de 700 metros cuadrados en planta baja y 7.049,91 metros cuadrados en el resto de plantas. Y la cesión de 30 plazas de aparcamiento subterráneo construido por la propia empresa adjudicataria de la subasta. El 28 de Agosto de 2000 la mesa de contratación, compuesta por Dilip Arjandas como consejero de Contratación, Industria, Comercio, Pesca y Suministros como Presidente de la Mesa, el Técnico de las Administración General de la Consejería de Contratación, Miguel Ángel Ragel como secretario de la Mesa y los vocales: Aurelio Mata, consejero de Fomento, Urbanismo y Vivienda; Jesús Simarro, Consejero de Obras Públicas y Medio Ambiente; la Secretaria General Accidental, Maria Dolores Pastilla y en representación del interventor accidental, Jose María Caminero, la subinspectora de finanzas, Susana García Martín. Abrían el sobre de la documentación administrativa de la única propuesta presentada, la de la mercantil, Manzana del Rebellín, SL. Un día después los mismos comparecientes abrían el sobre relativo a la oferta económica, que era de 9.417.859,68 euros. El PSPC, acudió a Delegación de Gobierno para alertar del “pelotazo” que suponía la venta de un solar público. No lograron nada ya que, mientras cualquiera puede denunciar un delito urbanístico no ocurre lo mismo con los delitos patrimoniales que sólo puede denunciar su legítimo dueño, en este caso la Asamblea de la Ciudad Autónoma, dominada por el GIL. Faltaban sólo meses para que todo acabara como empezó, con un voto de censura. A finales de 2000 una vez cerrada la ampliación del contrato de Urbaser y con el tema de la Manzana del Revellín, Simarro se presta a negociar con el Partido Popular. Durante la negociación para desbancar al GIL, realizada entre el Delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro; el Presidente del PP, Pedro Gordillo y Simarro, el Delegado del Gobierno llegó a comunicar al PSPC que cuando llegasen al poder, reestablecerían la legalidad sobre la subasta de la parcela y se volvería a la normalidad. Pero eso nunca ocurrió, Simarro exigía que el tema de la Manzana del Revellín y el contrato de Urbaser no se tocasen.
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