Rodeado de familiares, amigos y compañeros de partido, el consejero de Hacienda y diputado nacional ceutí saliente, Francisco Márquez, ha dedicado, doce horas antes de que el Rey sancionase este martes por la mañana la segunda reforma de la Constitución Española, sesenta minutos a explicar a las más de 60 personas que atestaron el salón principal de la sede del PP de Ceuta las razones por las que los de Rajoy pactaron a la carrera con Zapatero modificar la Carta Magna para garantizar la estabilidad prsupuestaria de las Administraciones Públicas y del país en general.

Por un día el consejero se quitó el corte academicista, casi siempre elevado y distante, a veces áspero, que luce en sus intervenciones en el Pleno, y se mostró cercano, detallista y afable hasta el punto de cerrar la presentación multimedia que utilizó a modo de guión ante los presentes con un guiño humorístico apoyándose en el viñetista Peridis.

La "charla", según la quiso definir él mismo, alejándose del término "conferencia", que le pareció demasiado serio, tuvo a Vivas como telonero de lujo y a la plana mayor del PP (Yolanda Bel, Juan Manuel Doncel, Guillermo Martínez) junto a los senadores salientes como asistentes con más nombre. El presidente, consciente seguro de que en su partido hay algunas pieles irritadas con el rumbo que ha impuesto desde que se hizo con el timón del mismo, se mostró extraordinariamente cariñoso con Márquez, al que describió como "un extraordinario parlamentario y gestor" y como un "experto en estabilidad presupuestaria".

Su prólogo fue recibido con un "prolongado aplauso", según sus propias palabras, que no desmereció al que dedicaron el domingo los madridistas a Florentino cuando se deshizo en elogios hacia Mourinho. El mismo fervor dedicaron los presentes al consejero cuando terminó su ponencia, que no suscitó ninguna pregunta.

Entre las dos ovaciones, Márquez se dedicó a explicar por qué hacía falta cambiar ya el artículo 135 de la Constitución para, siguiendo la senda de Alemania y otros países de la UE, introducir en la Carta Magna un techo al déficit y a la deuda pública española para dar confianza a los mercados.

"No ha sido una decisión caprichosa, aunque a todos nos sorprendiera su anuncio en el Congreso", ha reconocido el ex parlamentario, quien ha citado "la situación económica y financiera, la desconfianza internacional, la presión de los socios de la UE y la necesidad de darle mayor rango al imperativo empírico de estabilidad presupuestaria" como las razones que justifican la reforma.

Sin cuchilladas partidistas gratuitas, Márquez aprovechó el devenir de sus explicaciones para arrimar el ascua a su sardina recordando que el principio de no gastar más de lo que ingresa es "parte del ADN del Partido Popular" y lamentó que en 2006 los socialistas decidiesen someter a la evolución de los ciclos económicos la obligación legal de no abusar del endeudamiento.

"Nos han criticado los sectarios, los virulentos con las instituciones"

Más duro se mostró con la izquierda de las Cortes y los nacionalistas que no se sumaron al acuerdo PP-PSOE para modificar la Carta Magna por la vía rápida y por referéndum, una decisión que también ha aplaudido porque "era más necesario actuar, en beneficio del pueblo, que someter la propuesta a consulta popular".

"Ha habido críticas de los sectarios, de los virulentos con las instituciones, de los que no sabían ni de lo que hablaban y de los que se han autoexcluido por motivos electoralistas", ha dicho sobre los nacionalistas reiterando en múltiples ocasiones que "la mejor forma de sostener el Estado de Bienestar es asegurando una política económica que no lo ponga en peligro".

"Quien diga que este cambio implica nuestra sumisión a los mercados no ha asmilado la globalización, la internacionalización de los mercados y la propia Unión Europea, a la que ya hemos cedido soberanía", ha proseguido el consejero, convencido de que con el techo impuesto a la deyda y el déficit "evitamos que sobre las alas de nuestro futuro caiga más lastre". Sobre las repercusiones de la modificación para Ceuta el consejero ha apuntado que las tendrá, fundamentalmente positivas. "La reforma es una garantía de sostenibilidad que a una ciudad como esta, tan vinculada a la evolución de la economía nacional y de las cuentas públicas, nos aportará seguridad", ha adelantado Márquez, quien también espera que facilite una "mayor claridad de incardinación en el sistema territorial de financiación". "Somos una entidad local particular y tendremos mucho que decir en la elaboración de la normativa legal que debe desarrollar la reforma constitucional", ha concluido, "y lo diremos".

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