La delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, ha pedido este lunes 48 horas para aclarar si Marruecos aceptará o no la devolución de todos sus nacionales que accedieron irregularmente a la ciudad autónoma entre el 17 y el 19 de mayo, adultos y menores, o si no. En el peor de los casos, la titular de la institución de la Plaza de los Reyes ha asegurado en su primera comparecencia pública tras la crisis desatada por el Reino alauita que ya hay otra alternativa "en el cajón".
La declaración del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, este martes ante un juez de la Audiencia Nacional se antoja clave para saber si las relaciones entre Madrid y Rabat evolucionarán a mejor o si el país vecino ejecutará su amenaza de redobalar el acoso fronterizo en Ceuta y Melilla o, incluso, romper relaciones diplomáticas.
La delegada no ha querido ponerse en el peor de los casos: "No creo que lo de hace quince días vuelva a suceder porque ha sido una vergüenza para Marruecos y no creo que lo vuelva a hacer".
Mateos ha valorado la "extraordinaria" y "contundente" respuesta que a su juicio dio el Gobierno central a la crisis con el refuerzo de los medios policiales en Ceuta, la activación del Ejército en la frontera y la visita de Sánchez y Marlaska. Según sus cálculos, a Marruecos ya han retornado "más de 8.000" personas de las que accedieron en tropel a territorio español y el objetivo ahora es que todos los que siguen en las calles y los cerca de mil menores acogidos por la Ciudad sigan el mismo camino.
Sobre los adultos ha señalado que "las Fuerzas de Seguridad están controlando en la medida de lo posible a estas personas que están aquí y no se quieren ir: se están haciendo expedientes de devolución y habrá que esperar a pasado mañana para ver si Maruecos los va a admitir, pero si no el Gobierno está planteándose otra solución que está en el cajón", ha aseverado sin concretar más.
En relación con los menores ha insistido en que "los niños donde mejor pueden estar es con sus familias" y ha apuntado a un acuerdo "entre Fiscalías" como la mejor opción para reagruparlos con sus padres y madres en sus hogares pese al rechazo de la inmensa mayoría de estos últimos al regreso quienes cruzaron la frontera solos.
"Se me ha acusado de mantener silencio, pero sólo ha sido mediático y prudente, porque no he parado de trabajar junto a mi equipo para controlar la situación: estaba en permanente contacto e informando a nuestro Gobierno, que respondió rápido; estaba donde debía estar, resolviendo los problemas que se iban presentando, veinticuatro horas frente a la crisis porque prefiero trabajar y resolver los problemas diarios de forma discreta, sobre todo en una crisis tan compleja", ha justificado su silencio de las dos últimas semanas.