Esta vez tampoco. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), concluyó su visita a Rabat sin avances significativos en las negociaciones para la apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla, que se encuentran aparentemente en un punto similar al que se situaban a mediados de diciembre, cuando el ministro José Manuel Albares ya visitara Marruecos. El mandatario español aprovechó para catalogar de "excelentes" las políticas migratorias entre ambos países y dijo no tener que reprocharle nada al Reino Alauita ni en esta materia, ni en la lucha contra el narcotráfico. También se sobrentiende de lo dicho por Sánchez que la construcción de un túnel que una la Península y el norte de África sigue en pie, como se acordó en la última Reunión de Alto Nivel (RAN).

El presidente compareció ante los medios de comunicación tras reunirse con el el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch y con el monarca Mohamed VI y lo hizo subrayando -como ya hiciera Albares hace dos meses- que España está lista para la apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla: "Me han dicho que tan pronto como completen los preparativos vamos a poder empezar", subrayó, evitando dar plazos a pesar de las preguntas de los periodistas y emplazando a una futura reunión para definir "cual será la normativa de aduanas" para una normalización comercial "transparente y regular".

Seguidamente añadió que para ambos países sigue en pie la hoja de ruta marcada en la RAN, en la que, por ejemplo, se incluía la creación de un túnel entre la península y el norte de África que permita la circulación de vehículos.

Inmigración y narcotráfico

Cuestionado Sánchez sobre las políticas migratorias compartidas entre España y Maruecos, dijo el presidente que son "excelentes y pioneras a nivel europeo". Habló de migración circular como "forma de compartir prosperidad y que los migrantes no caigan en manos de las redes de tráfico irregular que ponen en peligro su vida". Subrayó también la actual "cooperación para fomentar el tránsito regular y combatir el irregular" y aseguró no tener ningún reproche contra los gobernantes marroquíes, "ni en inmigración, ni en narcotráfico".

A colación precisamente del tráfico de drogas y coincidiendo con el reciente asesinato de dos guardias civiles en el Estrecho atropellados por una narcolancha, el presidente español reivindicó la acción de su Ejecutivo: "Desde que soy jefe del Gobierno puse en marcha un plan integral de desarrollo económico en el Campo de Gibraltar para dotar de oportunidades a la gente que allí vive. Además, he aumentado de manera significativa, muy significativa, la presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la zona".

Por último, aprovechó para trasladar su reconocimiento a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, así como sus condolencias a los familiares de los "asesinados y fallecidos en estos sucesos".