Sánchez se queda
Pedro Sánchez, durante el anuncio del adelanto de la convocatoria electoral
Pedro Sánchez, durante el anuncio del adelanto de la convocatoria electoral
A pesar de la campaña mediática orquestada en contra de su persona, el secretario general del Partido Socialista ha decidido "seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España", comprometiéndose a "trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad para la regeneración de nuestra democracia"

Se queda. Pero no como Neymar en el Fútbol Club Barcelona: se queda de verdad. Se queda como lo va a hacer, precisamente, Xavi Hernández. Tras varias jornadas de absoluta incertidumbre, tras haber mantenido en vilo a un país entero durante casi una semana, Pedro Sánchez ha anunciado este 29 de abril que continuará al frente de la Presidencia del Gobierno de España.

No pudo con él la campaña mediática orquestada tras su ascenso al poder al hilo de la que fue la primera moción de censura de nuestra democracia; no pudo con él la crisis del coronavirus; no pudo con él la galopante inflación sobrevenida a raíz de la invasión rusa de Ucrania; no pudo con él la polémica cesión del Sáhara al Reino de Marruecos: nada ha logrado tumbarlo. Decían que esta era la definitiva, que su mujer era su talón de Aquiles, que abandonaría. Se equivocaban: Sánchez continúa.

El formato elegido por el renovado presidente para hacer pública su decisión ha sido el mismo que el que utilizó a finales del pasado mayo para comunicar el adelanto de las elecciones generales. "Como saben, el pasado miércoles, escribí una carta dirigida a toda la ciudadanía", arrancaba ante cámara a las puertas del Palacio de la Moncloa.

Según Sánchez, a pesar de que la misiva "pudo desconcertar", su publicación "no obedece a ningún cálculo". "Soy consciente de que he mostrado un sentimiento que, en política, no suele ser admisible", reconocía el jefe del Ejecutivo, que garantizaba no desear "a nadie" la situación que él mismo viene de atravesar.

El secretario general del Partido Socialista dice haber "actuado desde una convicción clara", esgrimiendo que, si la sociedad española no dice 'basta', "la degradación de la vida pública determinará nuestro futuro y nos condenará como país". "Esto no es una cuestión ideológica; estamos hablando de respeto y dignidad", apostillaba el mandatario.

Sánchez tiene claro que "la campaña de descrédito no parará". Aun llevando él y su esposa "diez años sufriéndola", el gobernante tiene claro que quiere continuar. "He decidido seguir, seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España", revelaba, dejando (probablemente) ojipláticos a todos sus detractores.

Aseguraba Sánchez que el movimiento "no supone un punto y seguido", sino "un punto y aparte". Así, el presidente ha asumido ante la ciudadanía "el compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad por la regeneración de nuestra democracia y por el avance y la consolidación de derechos y libertades".

Tras comunicar su decisión a Felipe VI, Sánchez considera que "solo hay una manera de revertir esta situación: que la mayoría social se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que tanto tiempo llevamos sufriendo". "Esto no va del destino de un dirigente en particular; se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos ser" concluía el socialista, que cerraba llamando a la población a hacer "una reflexión colectiva".

Sánchez se queda


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