VOX, “los presupuestos del Día de la Marmota”, la “naftalina” y las trampas para cazar osos ideológicos
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Juan Sergio Redondo, durante el transcurso de una sesión plenaria / Pablo Matés
Redondo recuerda al PP que sus presupuestos son un calco desde hace 20 años y los problemas también, sin reparar en que su discurso tampoco aporta nada diferente al de los últimos años

El sonido de la “naftalina” invadió el salón de Plenos, tal vez también su olor, cuando el portavoz de VOX, Juan Sergio Redondo, subió al atril para defender su no rotundo a los presupuestos para la Ciudad Autónoma de Ceuta elaborados por el Gobierno del Partido Popular para 2024. La naftalina suena si se invoca. Naftalina, el famoso desinfectante y antipolillas con el que es fácil identificar lo viejo, la posguerra, el franquismo y el pasado arcaico, al que le cae el polvo incesante de los días en la inmovilidad y opacidad de un armario no es una palabra ni recurrente ni técnica en un debate económico. En cambio, este miércoles sonó en boca de Redondo de forma recurrente y de la consejera de Hacienda, Transición Económica y Transformación Digital, Kissy Chandiramani, para darle la réplica. Redondo hiló un discurso en el que repitió una y otra vez que los presupuestos son los de siempre desde hace dos décadas, que las partidas y las soluciones se reiteran “una y otra, y otra y una y otra vez”. “Los presupuestos son el Día de la Marmota”, acertó a resumir, para contraponer el “pragmatismo” con el que los calificó al presentarlos ante los medios Chandiramani.

Y su discurso, ciertamente, como le señaló Chandiramani en la réplica, también se construyó bastante similar y parecido al de su compañero Verdejo, hoy “desterrado” dentro del Grupo VOX. Fue incluso más lejos: “Es el mismo discurso de los últimos 5 años. También huele a naftalina”.

VOX ve en los presupuestos una incapacidad manifiesta por parte del Gobierno de Vivas para aportar soluciones a los problemas que arrastra Ceuta, que son hoy más o menos los mismos que hace dos décadas, igual que los presupuestos. Y he aquí una idea tan vieja como la naftalina que nadie dijo, pero que se pudo deducir: “es de tontos hacer lo mismo y esperar resultados diferentes”, pero Redondo no se refería a esto cuando dijo que “aquí somos todos tontos”.

Redondo repasó parte de esos problemas en cifras para los que se ofrecen soluciones con la “misma estructura presupuestaria desde hace dos décadas”: altas tasas de desempleo, 27,8 por ciento en el segundo trimestre del año, el paro juvenil más elevado de Europa, alta tasa de abandono escolar, un 30 por ciento de ceutíes en riesgo de exclusión social y pobreza, la región que más autónomos destruye en toda España. “Hemos financiado, en un caso único, que los jóvenes se marchen de Ceuta. Es su única alternativa, el éxodo y la diáspora. Se tienen que marchar para buscar un futuro mejor. Ese es el legado de la era Vivas”.

Redondo reprochó a Chandiramani que se suba el sueldo más de un 40 pro ciento con el beneplácito del 70 por ciento de la Asamblea. Una subida que advirtió pagarán todos los ceutíes con otra subida, la del recibo único (agua, basura, alcantarillado). Planes dentro de los presupuestos que también le suenan a los últimos 20 años, con inversiones que no se terminan de llevar a cabo nunca. “Un presupuesto idéntico al de 2023. El Gobierno desperdicia la oportunidad de hacer algo diferente, innovador, o romper con la dinámica perversa de la ciudad en los últimos años”, apostilló Redondo.

Y avisó a MDyC y PSOE. El “grueso de la inversión” asociada a algunas de las peticiones que han incluido en los presupuestos para lograr el sí de esas dos formaciones, “lo fían al último ejercicio de la Legislatura. Pretenden mantener a estos tipos en el engaño”. “Dudo mucho que veamos tan siquiera una puerta de esas casas en esta legislatura”, vaticinó Redondo en alusión a la inversión prevista en vivienda pública.

Redondo habló del “pozo sin fondo” del hotel municipal, al que incluyó dentro de las peculiaridades de Ceuta que la diferencia del resto del país. Censuró a la publicidad institucional que se mantiene congelada respecto al pasado año (acaso el único sector sin inflación en el mundo), para Redondo se trata de comprar voluntades periodísticas. Cargó contra los “20 millones en subvenciones de todo tipo de los que como mínimo 20 millones van a parar a todo tipo de chiringuitos vinculados a la red clientelar de los partidos”. Y ahí metió sus demonios de siempre, los de VOX, la “agenda globalista”, la “marroquinización e islamización de la ciudad”, la lucha feminista, y aquellas que convierten a Ceuta un reclamo para “cazadores ideológicos de subvenciones de toda clase y condición” especialmente para quienes con su actividad fomentan la “inmigración ilegal”.

Una visión crítica en suma de la ciudad, pero sin apenas propuestas constructivas, algo que subrayó la propia Chandiarmani al señalar que la única propuesta deslizada en el discurso en positivo era la creación de Observatorio para difundir las bondades del Régimen Económico y Fiscal Especial de la Ciudad.

Redondo hizo hincapié en que las inversiones no llegan a ejecutarse nunca. Y llegó a bromear sobre la pista de atletismo, que le llegó a hacer ilusión correr en ella cuando tenía 24 años, pero le ha llegado la oportunidad pasados los 45: “No estoy ni para darle dos vueltas”.

Pero también con el cable eléctrico submarino, que acabó por defender la propia Chandiramani a pesar de ser una inversión del Estado contemplada en el Plan Integral para el Desarrollo Socioeconómico de Ceuta. Otra herramienta del Estado y del Gobierno socialista de Sánchez, también criticado en general por Redondo.  

El de VOX recordó que la “fábrica de la luz” existe en Ceuta porque era una instalación provisional mientras ese cable llegaba. Recordó que esa infraestructura que sigue antojándose vital a día de hoy se lanzó ya en los años 50 de la pasada centuria. Pura naftalina. Y pidió no colgarse medallas por algo que ha llegado con más de 70 años de retraso sobre lo prometido. Justo detrás, sobre su cabeza, Vivas en su trono ponía cara de pensar “algún mérito ha de tener el materializar algo que ha costado tantos años que se haga realidad”. En un argumento de doble filo.

Redondo resumió el fracaso que a su modo de ver suponen las cuentas para 2024: “Con casi 390 millones lo normal sería que las calles estuvieran limpias, las barriadas decentes y no hubiese paro. Ceuta debería ser lo más parecido a un paraíso terrenal, pero nada más alejado de la realidad. VOX hubiera hecho unos presupuestos diferentes, partiendo de cero y teniendo en cuenta la realidad a la que se enfrenta la ciudad desde hace años”.

Trampas ideológicas para osos

Le retó Chandiramani a hacerlo. Pero vaticinando que lo más fácil es no trabajar y hablar de todo menos de las cuentas. O más bien de lo de siempre. “De partir a Ceuta por la mitad”.

Porque del discurso de Redondo se deduce y así, al menos lo señaló Chandiramani, que siguen anclados, también en esas siglas en esperar diferentes resultados con las miasmas acciones. Si Redondo había apuntado que las cuentas de la “ignominia”, “las de Vivas y no las de Ceuta”, saldrían adelante con el apoyo del 70 por ciento de la Asamblea, o lo que es lo mismo de los ceutíes, en un retorcido argumento del “solo queda VOX”, que registró Verdejo durante la pasada legislatura, Chandiramani le ha replicado con un “afortunadamente”.

“Insultan de nuevo a la mitad de la población. Dicen que haríadn otro presupuesto. Ya lo sabemos. Ya presentaron alguna iniciativa del tipo que suelen presentar, intentando obviar las sensibilidades de otras culturas de la ciudad. Afortunadamente no tienen capacidad para hacerlo. No tendrán nada que negociar con el PP siempre que se mantengan en esa posición diametralmente opuesta. Atentan contra lo más esencial que tiene Ceuta, la convivencia. Nos sentimos orgullosos, yo me siento orgullosa de compartir espacio con personas que piensan diametralmente opuesto a mis ideas. Con ustedes no se puede ir ni a la vuelta de la esquina”, le ha rebatido Chandiramani.

La consejera de Hacienda le ha recordado que había vuelto a despreciar y a insultar a esa pléyade de asociaciones beneficiadas por subvenciones al tildarlas de “chiringuitos”. Y ahí, básicamente se resume toda la réplica. Finalmente Chandiramani le ha recordado que esa receta, la del odio, la de “fomentar las tradiciones españolas y no otras más propias del otro lado de la frontera”, son palabras de Redondo, son las mismas que les han llevado a perder representación en la Asamblea y les mantienen en la irrelevancia política, sin posibilidad de alcanzar ningún acuerdo, “afortunadamente el 70 por ciento de Ceuta, al que hace referencia, no quieren su Ceuta. No la quisieron en mayo ni la quisieron en julio”, le ha espetado Chandiramani.

A modo de pequeña venganza, Redondo le ha recordado que Vivas llegó a tener 19 diputados y por el camino se ha dejado 10 y el PP tampoco creció en escaños en mayo. Aunque le birló las Generales a VOX.

Y esos argumentos de ida y vuelta, que lo mismo valen para el contrario que para uno mismo, también aparecieron en otro fondo del debate entre VOX ye l Gobierno. Son enormes trampas para osos, trampas ideológicas, en las que ninguno de los dos parecieron reparar en que valían para el contrario y para uno mismo.

Así, Redondo, intentando apurar la persuasión, planteó la cuestión de estos días, la amnistía. Para reprochar al Gobierno que pacte y construya el presupuesto de Ceuta con la “concurrencia de socialistas e islamistas” lo que hace “inviable” el apoyo de VOX a las cuentas “sería blanquear a esta banda de cuatreros de la política que conduce al país a una crisis que pone en peligro su propia supervivencia de la nación española. No nos jugamos el futuro de Ceuta solo, nuestro futuro va asociado al de la nación”. Y ese está en juego.

Y he ahí el cepo para osos. Si eso fuera tan tautológico, tan real, tan indubitado, como el propio Partido Popular, como ha recordado Chandiramani, ha venido pronunciando y manifestando en las últimas semanas, tal vez habría que darle la razón a Redondo que no ahorró extremos en ese argumento, mencionando a Puigdemont y a quienes siguen sin condenar el terrorismo de ETA. Pero tal vez, al final tan sólo sea todo política y es “responsable” y demuestra “altitud de miras” (Chandiramani) aprobar los presupuestos de Ceuta con el apoyo del PSOE, el mismo que es “el dominio” que quiere partir España para siempre (Redondo). Tal vez, sólo tal vez, es que no hay osos, ni trampas, ni cepos, y es sólo política.

VOX, “los presupuestos del Día de la Marmota”, la “naftalina” y las trampas para cazar osos ideológicos


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