Demandas de divorcio


Demandas de divorcio
Mis padres son mayores. Los Servicios Sociales cubren algunas de las necesidades de la gente mayor en Ceuta. La casa de mis padres siempre está llena de mujeres que realizan ayuda a domicilio: enfermeras, trabajadoras sociales y demás. Como suelen visitarlos varias veces a la semana acaban cogiéndoles cariño, y como yo siempre ando por [...]


divorcio

Mis padres son mayores. Los Servicios Sociales cubren algunas de las necesidades de la gente mayor en Ceuta. La casa de mis padres siempre está llena de mujeres que realizan ayuda a domicilio: enfermeras, trabajadoras sociales y demás. Como suelen visitarlos varias veces a la semana acaban cogiéndoles cariño, y como yo siempre ando por allí de una manera u otra pues supongo que tambien a mi. Mi madre es divertida, les deja fumar en casa, les ofrece café o refrescos y las hace trabajar poco. Mi padre se queja de todos los dolores del mundo  pero tambien tiene buen humor, asi que no tienen problemas por tener la casa llena.

Muchas veces cuando tienen un rato libre, entre visita y visita aterrizan por alli.

Hay una mujer, divertida, con diez años menos que yo, que cuando coincidimos nos da por hablar de partidos y sindicatos. De la vida y sus hijas que aún son pequeñas. Lleva varias semanas queriendo verme, pero entre la Feria y los trabajos adicionales que salen en vacaciones no he parado.

Esta mañana venía yo cargada de sardinas, gambas y tomates, para ponerlas asadas y  hacer un salmorejo y la he visto alli, en casa de mis padres. Le he preguntado por el sindicato y al final, viendo la demanda en sus ojos,  por ella.  “Me estoy separando”. Ante la frase tan rotunda, llena de ganas de hablar, he buscado una cerveza y una coca cola y la he oído.

Ha hablado, me ha contado, he asentido y me he limitado a escucharla. Ella hablaba del miedo y la ansiedad pero de la seguridad de seguir para adelante. De los reproches del otro, de la culpabilidad que le arroja. Me ha recordado a mí.

He oído, durante una hora, la  he escuchado en silencio, mientras la preparación de la comida quedaba aparcada. Le he dicho la verdad: que es duro, es muy duro ser una sola cuando llevas muchos años siendo una mitad o la parte del otro, que algunos hombres no la miraran igual pensando que es terreno fácil, que habrá mujeres que la rehuirán por no seguir la norma y por el peligro de ser una mujer libre.

Que al final te ves sola con los hijos, que te llamaran de madrugada para saber si estás en casa, que vigilará tus pasos, que te culparán de todo y sentirás que la soledad es algo tan real como evidente. Y la culpa una terrible losa que tendrás que aprender a romper.

“Es que ya no lo quiero” El amor es el sentimiento más libre que existe, he pensado sin decírselo, le he sonreído y le he preguntado si tiene quién la acompañe. Que sabe mi teléfono y donde ando y sólo tiene que llamar.

Y sin querer he recordado  que hace catorce años andaba sola en el Juzgado,  sentada junto a un hombre esposado, algun que otro yonki extraño, esperaba que me dejaran pasar para tramitar mi demanda. Era julio, pero tenía mucho frío. Estaba temblando. ..

Entonces  juré, ante aquella sala enorme, horrible e impersonal, yo que jamás juro,  que mientras viviera no dejaría que ninguna mujer que conociera andase sola en aquel lugar.

Afortunadamente lo he cumplido.


Posted originally: 2009-08-17 23:50:00

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