Cinco meses después de la victoria de España en el Campeonato del Mundo de Fútbol, ya parecen olvidadas las fiestas que se celebraron en cada esquina del país y la euforia que causó el levantar por primera vez en la historia la dorada Copa del Mundo. Ahora la noticia es un tema más terrenal y, como la muerte, inevitable: los impuestos.