Estimado papá naturalista mal informado


Estimado papá naturalista mal informado
[Desde GS, tras leer esta noticia, hemos pedido una colaboración a un especialista en la materia] Te escribo, con cariño y cierta preocupación, como pediatra y amigo, para aclararte algunas dudas que he oído que expresabas aquí y allá sobre la conveniencia de vacunar a tu hijo. He alcanzado –perdona el atrevimiento- a oír algo [...]

[Desde GS, tras leer esta noticia, hemos pedido una colaboración a un especialista en la materia]

Te escribo, con cariño y cierta preocupación, como pediatra y amigo, para aclararte algunas dudas que he oído que expresabas aquí y allá sobre la conveniencia de vacunar a tu hijo. He alcanzado –perdona el atrevimiento- a oír algo sobre lo que es natural y lo que no, la alteración del normal desarrollo de la inmunidad que suponen las vacunas, y los oscuros intereses que se ocultan tras ellas. Por ello, no he podido menos que escribirte unas líneas, para que puedas tomar una decisión informada. Tuya, autónoma e independiente, pero correctamente informada. Porque no hay nada peor que decidir preñado de errores que nos han transmitido de manera temeraria.

No hay nada más natural que morirse cuando cogemos una meningitis. Es lo que los mamíferos  –y los seres humanos, claro- vienen haciendo desde hace unos cuantos millones de años, si les pilla con un mal día un bichito muy chiquitito, pero con muy mala leche, llamado Neisseria meningitidis. Y siguen haciéndolo, claro; pero desde hace unos cincuenta años (un suspiro) las crías del sapiens sapiens (tu hijo entre ellas) pueden librarse de algunos subtipos de este bichito si se vacunan contra él antes exponerse a él, mientras los anticuerpos que su madre le pasó por el cordón umbilical aún lo protegen. Y esto tiene su gracia: vamos, que les pille como les pille el bicho del que se han vacunado, no se mueren; ni siquiera enferman. Es más; disminuyen la transmisión a otros niños, y se reducen las posibilidades de que enfermen. Y es que esto luchar contra la enfermedad y la muerte va contra natura, lo que son las cosas.

La vacunación es uno de los descubrimientos de la medicina que ha despertado reacciones más encontradas en los individuos que pueden beneficiarse de ella. Y esto es algo que no me deja de sorprender, debo confesártelo. Mientras unos (habitualmente sanitarios) abanderamos la erradicación de la faz de la tierra de la terrible viruela y la inminente erradicación de la poliomielitis como argumento incontestable, algunos grupúsculos antivacunas esgrimen panfletos de diversa índole y escasa base científica en contra de la inmunización activa de los niños.

La Organización Mundial de la Salud, y el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (CDC) ya se han encargado de rebatir los errores  más extendidos con datos científicos: lo innecesarias que son, su inutilidad, las teorías conspirativas sobre los lotes caducados y malignos, sus terribles efectos secundarios, o incluso la inconveniencia de su posología. Dado que este trabajo es impecable (y de recomendada lectura), obviaré esta tarea para nos centraremos en contestarte, amigo y padre, naturista mal informado, a la más importante de las preguntas ¿qué pasa si no vacuno a mi hijo?

Pues inmediatamente, nada. Tu hijo seguirá viviendo tranquilamente, y podrás decir, orgulloso: ‘míralo, yo no lo he vacunado y está hecho un toro’. Esto depende básicamente de algo ajeno a él, que le proporcionan sus amiguitos vacunados, y es conocido como ‘inmunidad de grupo’. Como sus amigos están protegidos, es más difícil que un niño enfermo se acerque y lo contagie, porque los niños vacunados no contraen la enfermedad. Existe, además, un segundo factor protector: si la vacuna contiene gérmenes vivos atenuados (algo atontados, para que produzcan una enfermedad mucho más leve), esta enfermedad atenuada sí se transmite y es posible que se vacune pasivamente, quiera él o no, por la vía clásica: moco con moco.

Así que, gracias a un poco de suerte y un pelín de egoísmo individual, parecerá que tu hijo tiene todas las de ganar y nada que perder. Pero no cantes victoria, estimado naturista aficionado, que aquí entra nuestro amigo el azar, las decisiones que tú no controlas. Ruega para que en tu entorno no se convenzan de la maldad de las vacunas a muchos más del diez por ciento de los padres, y que la tasa vacunal no baje del 85%. Porque como llegue algún niño con sarampión o una polio salvaje en un avioncillo, puedes tener la mala suerte de sufrir en las carnes de tu vástago la ruleta rusa de la mortalidad sarampionosa del 5%, o tu mujer embarazada puede disfrutar de una larga estancia en la UCIP por una neumonía por el mismo bicho, o ver en la silla de ruedas hasta que te mueras el último caso de polio salvaje de España (o Estado Español, que yo por eso no nos vamos a pelear).

Recapacita, estimado padre. El amor a la naturaleza nada tiene que ver con abandonarse a la época en la que no existía la medicina; ten por seguro que yo no soy menos ecologista de lo que puedas serlo tú. Por favor, cambia los foros de dudosa calaña y las páginas desinformativas que se limitan a cortar y pegar una y mil veces el mismo artículo equivocado. Busca argumentos, pregunta lo que no entiendas, compara las dos posturas, y decide. Pero con criterio, no llevado de modas importadas sin base alguna, que tanto daño están haciendo en la erradicación de las que son la primera causa de discapacidad y la primera causa de mortalidad infecciosa por debajo de cinco años prevenibles del mundo: la poliomielitis y el sarampión. PREVENIBLES. Vía vacuna, claro está, porque no hay otra por el momento.

Feliz y correcta decisión, estimado amigo y padre

Teodoro J. Martínez Arán
Especialista en Pediatría

PD. Ah, una cosita más… que la xenofobia no te posea, salvo que sea una xenofobia de amplio espectro que te incluya también. Los últimos brotes de sarampión en nuestro país los han iniciado gente desinformada como tú, y se ha tenido que recurrir a la vía judicial para proteger la salud del resto de la población. Porque las decisiones equivocadas pueden tener consecuencias terribles para los demás. Buena suerte


Filed under: Sanidad, Sociedad
Posted originally: 2011-06-07 09:00:54

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