La empresa Space X ha lanzado al espacio con éxito su cohete Falcon 9 con la cápsula automática Dragon, que esta ya en órbita y se dirige a la Estación Espacial Internacional (ISS). Se trata de la primera misión comercial espacial contratada por la NASA con el sector privado para dar servicio a la base en órbita y llegará el jueves próximo si todo se cumple según lo previsto. Se inaugura así, con este vuelo de demostración, la nueva estrategia de la agencia. De momento se trata solo de naves de carga automáticas, pero se piensa ya en encargar a las compañías espaciales estadounidenses el envío de astronautas a la ISS.

A las 9.44, hora peninsular, ha despegado el cohete Falcon-9 desde la base espacial de la Fuerza Aérea estadounidense en Cabo Cañaveral (Florida). Mediante cámaras instaladas en el propio cohete se ha podido seguir en directo su ascenso. A los pocos minutos del despegue, tras la separación de la primera etapa ya consumida del lanzador, se ha separado la cofia, la estructura de la punta que protege la cápsula durante la primera fase de vuelo. Después, los especialistas de la sala de control han aplaudido y se han felicitado cuando la Dragon se ha separado del cohete y se ha puesto en órbita.

El lanzamiento de este Falcon 9, que ha sufrido varios aplazamientos en los últimos meses, fue abortado en el último instante el pasado sábado. Justo cuando acabó la cuenta atrás y se había anunciado el despegue (lift off), el cohete se quedó clavado en la plataforma de despegue. Los responsables anunciaron poco después que un ordenador había impedido la partida al detectar que la presión era demasiado alta en la cámara de uno de los motores del lanzador. Los técnicos identificaron la causa a las pocas horas: una válvula que funcionó mal.

La Dragón lleva 500 kilos de suministros a la ISS (sobre todo alimentos y ropa) que no son imprescindibles en la base, ya que se trata aún de un vuelo de ensayo. Antes de aproximarse a la estación, en órbita a casi 400 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre, la cápsula automática debe realizar diversas pruebas en órbita. Si todo se desarrolla según lo previsto, se acercará a la ISS el jueves próximo, donde los astronautas que están allí se encargarán de agarrarla con un brazo robótico para engancharla a una de los puntos de atraque. La apertura de la escotilla se realizará el sábado. En un ensayo de vuelo anterior, cumplido con éxito, un Falcon 9 lanzó una Dragón que posteriormente cayó al océano. En aquella ocasión no se trataba de aproximar el vehículo a la ISS.

Space X, según su contrato con la NASA para este programa por valor de 396 millones de dólares, tiene que demostrar la viabilidad de ese sistema de transporte y, a continuación, iniciar la explotación del mismo con el envío de una docena de cápsulas a la ISS, cobrando por el total 1.600 millones de dólares. Otras empresas están trabajando también en esta nueva estrategia de la agencia espacial de derivar al sector privado los vuelos a la estación. El plan es que la NASA centre el desarrollo de su programa tripulado en objetivos más ambiciosos, como los viajes de astronautas a un asteroide o, tal vez, a Marte, pero no tiene aún ni plazos ni fechas para tales misiones.