El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que el día 1 de enero, después de ocho años en el Gobierno, pasará el mando a
la reciente vencedora en las elecciones, Dilma Rousseff, tendrá que llevarse a su casa nada más ni nada menos que 760.440 regalos. Son todos los obsequios recibidos durante su mandato. Algunos proceden de reyes y otros de simple campesinos. Pero da lo mismo: lo importante es que no sabe en dónde va a meterlos.