Siempre he pensado que unos líderes políticos de la oposición mantienen un discurso en virtud de determinadas necesidades políticas y para ser entendido, pese a que sepan que las cosas se parecen a lo que él dice parcialmente. La política, como todo, arte requiere de una exageración o una idealización de la realidad para ser factible.

Consideraba que Mariano Rajoy sabía que decir que todo es culpa de los socialistas, que todos son unos ignorantes, que no saben ni leer, que hasta el último militante es un corrupto entero era un conjunto de recurso retóricos equivalentes a lo contrario: nosotros somos estupendos, absolutamente conocedores de todo, transparentes y honestos.

Alguien tiene un problema cuando no sabe distinguir entre realidad e irrealidad, entre el ejercicio del arte de la política y la realidad política, algo así como el actor que interpreta Hamlet y termina por ser siempre, a todas horas, este triste príncipe de Dinamarca.

Con la sorpresa de Rajoy sobre la situación financiera de las comunidades autónomas, también sobre las que gobierna inmemorialmente su partido, he llegado a la conclusión de que este hombre no está en su sitio y se ha creído la propaganda que su partido fabrica y difunde.

Supongo que también se habrá creído que el día que él sea investido Presidente del Gobierno la crisis desaparecerá súbitamente, ya que todo lo que está pasando es sencillamente culpa de Zapatero. No habrá deuda pública, ni déficit, ni necesidad de ajustes presupuestarios ni nada. Bastará con que él sea Presidente para que todos los mercados, que ellos están asustando con sus declaraciones sobre determinadas CCAA, se contenten. Hay muchos lelos que piensan que eso será así, pero no tenía la impresión de que Rajoy no debía ser tenido como uno de ellos. Estaba confundido.

Posted originally: 2011-06-07 13:30:50