No quería hacer ninguna entrada sobre los últimos acontecimientos que habían ocurrido en el último Pleno, entre otras cosas porque no he hablado con ninguno de los dos protagonistas  y no sé las razones que llevaron a una y a otro a  comportarse así.

Desde mi opinión como ciudadana que lee los periódicos e intenta llegar más allá de lo que meramente cuentan unos  y otros,  creo que ninguno se ha comportado con la altura política debida. Si hay unas mociones de urgencias, importantes para la Ciudad, se tienen que defender hasta última hora, aunque nuestro Presidente no pueda lucir en un acto que tiene inmediatamente. O se pospone el acto, o preside la mesa la Vicepresidenta Primera, pero el Pleno debe continuar… es la democracia, la representación del pueblo, aunque el pueblo no vea los plenos pòr la tele ni loco.

La cortesía y la tolerancia son necesarias, pero hay peticiones que se deben negar, porque hablamos de interés colectivo y no privado.

Pero por otro lado, el señor Carracao no tiene que decirle nada a la Portavoz del grupo  si no le ha gustado su actuación públicamente, debe apretar los dientes, sonreír, clavarse las uñas en las palmas si quiere y esperar… después en privado puede soltar sapos y culebras , puede llegar donde su educación lo deje pero sin que nadie lo vea. No por la imagen de la Portavoz, ni por la imagen de quien ejerce de  Secretario General sino por el bien y la imagen del partido.

En cuanto atacó a la portavoz la convirtió en victima, sus compañeros de plenos la apoyaron y el debate llenó las esquinas y los bares  y dejó atrás lo que realmente era importante y se dejó de debatir: La concesión de las nuevas instalaciones de la Hípica.

Esa manera de perderse en la forma, olvidando el fondo y dejando que las cortinas de humo nublen lo realmente importante es muy peligrosa. Peligrosa para la ciudadanía que soporta un desatino de desaires sobre comportamientos y elecciones democráticas mientras sufren cortes de agua, malas señales de la TDT y concesiones a dedo.

A mi me resulta doloroso, doblemente doloroso. Por un lado es una manera de faltarle el respeto a los votantes, tanto de unos grupos políticos como de otros, y por el otro la imagen que da mi partido de desunión y mala sangre acaba haciéndome daño. Estamos para hacer oposición, si nos dejan, a ellos, a los que tienen mayoría no para arremeter contra nosotros.

No quería hacer ninguna entrada pero leyendo a Nadia, que es miembro del partido, dejándome tocar por la rabia que tienen sus palabras hablando de los otros,  de los malditos, de los que no andan con nosotros porque no los dejaron, diciendo que recogían firmas en contra del partido, cuando no fue otra cosa que firmar pidiendo una Asamblea, hablando mal de ellos….porque firmaron, como firmé yo. Y volvería a firmar pidiendo una Asamblea porque aun creo en la democracia y sé que la Ciudad y  el partido necesitan luz y taquígrafos más que nunca.

Los críticos, como nos llamaban, no éramos todos malos, ni buenos tampoco, era otra opción, como tampoco los oficialistas eran todos malos ni buenos. Las posturas maniqueas dicen mucho de la inteligencia y la amplitud de miras de quienes las tienen.

Quizás por eso, con dolor, porque me gustaría que a la rosa no le siguieran haciendo daño, he escrito esta entrada, para pedir a mis compañeros y compañeras socialistas que nos dejemos de pamplinas y a trabajar por Ceuta.

Hay mucho por hacer, no tenemos tiempo de enfados y peleas. El agua, las contrataciones irregulares, los barrios, las crisis, las carencias… ¡tanto! … tantos por los que trabajar para una ciudad mejor… tantos que esperan que alguien los defienda o los represente… tanto desencanto por eliminar… tanto trabajo… que no nos queda tiempo de otras cosas.