¡Pobre hermanito!


¡Pobre hermanito!
Nada que ver con el nieto Freud, con Lucian, por supuesto. Nada más alejado de sus retratos -las carnes mórbidas, colgantes de los personajes, que, dicen los críticos, ofrecen a los voyeurs una obscenidad sin propósito- que las piernas duras, los gemelos de acero de piel erosionada por las caídas de, por ejemplo, Tony Martin, el alemán esperado ganador de la contrarreloj final del Tour sentado cuan largo es sobre el asfalto caliente, la respiración aún jadeante tras el esfuerzo, o que el pechito blanco, los costillares bien marcados de Samuel, que se ajusta la cinta del pulsómetro antes de salir.



Posted originally: 2011-07-23 20:59:00

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¡Pobre hermanito!


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