Todo está dispuesto en el circuito de Sepang, en Malaisia, para que Valentino Rossi y toda su troupe festejen este domingo la consecución de la que sería su séptima corona mundial de MotoGP y la novena en el total de las categorías. Lo tiene fácil el italiano, que debe cruzar la meta entre los cuatro primeros clasificados o esperar a que Jorge Lorenzo, su compañero de equipo, no consiga subirse al podio. En cualquier caso, Rossi no es de esos deportistas que acostumbran a especular, y hoy lo ha vuelto a demostrar al adjudicarse su séptima pole position de la temporada, esta vez por delante de Lorenzo y de Dani Pedrosa. A falta de dos minutos para que la sesión de clasificación terminara, el 46 ha dado una última vuelta de vértigo, los dos últimos parciales estratosféricos, y se ha colocado nueve décimas por delante del resto. Hoy estaba a otro nivel, porque sólo así se entiende que haya podido rebajar el récord de la pole anterior, que marcó él mismo hace tres años, cuando aún se corría con motos de 990cc y con neumáticos especiales que sólo se empleaban en la tanda definitiva. Así las cosas, Il Dottore afronta el momento decisivo del campeonato desde una posición privilegiada, una circunstancia que, en teoría, debería bastarle para ahorrarse situaciones embarazosas como las que habitualmente se dan en la primera curva.