Un
año después de su victoria, Obama se ha encontrado con el primer golpe de efecto de los republicanos, que se han llevado los comicios estatales en los Estados de Virginia y Nueva Jersey. Aunque los demócratas han insistido que estas elecciones no eran un referéndum sobre Obama, la victoria republicana sirve de barómetro político en EE UU y pone de relieve, de momento, que el grupo más extremista de la derecha controla actualmente el Partido Republicano.