Romería pasada por agua


Romería pasada por agua
  El camino hacia la Ermita estaba lleno de zarzamoras,  Mercedes descubrió las bayas violetas, las moras se ofrecían gratis en el camino para que pudiéramos saborearlas, la zarza silvestre nos regalaba sus frutos. A medida que avanzábamos el olor a patas de pulpo y pinchitos  a la brasa nos iba envolviendo y señalándonos la [...]

 

El camino hacia la Ermita estaba lleno de zarzamoras,  Mercedes descubrió las bayas violetas, las moras se ofrecían gratis en el camino para que pudiéramos saborearlas, la zarza silvestre nos regalaba sus frutos.

A medida que avanzábamos el olor a patas de pulpo y pinchitos  a la brasa nos iba envolviendo y señalándonos la ruta hasta encontrarnos con el santo.

 No había mucha gente, supongo que el puente local hace estragos a la hora de abandonar la ciudad, mucho jubilada y jubilado vestidos de romeros, gente responsable de los mayores y  políticos en general.  Éstos salieron encabezando la procesión antes que el santo, con ropa ligera y aire festivo…

 Decidimos comer algo sin ponernos en cola, la crisis ha hecho que se cambie la paella por bocatas de tortilla de patatas. En los pinchitos coincidí con gente querida, nos reímos, hablamos… empezó a cantar el coro rociero y sin avisar el cielo se abrió y comenzó a llover, con una furia que no he conocido nunca. Llovía sin tener donde cobijarnos de inmediato, corrimos hasta la ermita que abría sus puertas pero en el camino y en el atasco de la entrada nos fue lloviendo hasta empaparme la camisa y la ropa interior y notar como el pelo se mojaba.

 Fueron diez minutos de lluvia absoluta sobre mi cuerpo, la gente corría, se abalanzaba, se cubría,  yo sólo dejaba que el agua  me fuera llenando por dentro.

 San Antonio nos regalaba la lluvia que todo lo lava y que hace que el sol vuelva con más fuerza.

Los chicos de televivas entraron en la ermita para grabar el caos y a los romeros mojados.

 Hubo estampida general, de políticos incluidos.

 Empapada pero feliz me fui al Parque del Mediterráneo para dejarme seducir de una soledad casi absoluta, un sol que  te acaricie y no te  quema, sumergida en un libro  de JJ Millás recordé a Pablo Guerrero.

 



Posted originally: 2010-06-13 23:13:06

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