El ministro ha indicado que el tiempo máximo de espera para cirugías será de 40 días y para pruebas diagnósticas de 15, con un único teléfono de citas y un sistema informatizado de historias clínicas. El ministro ha destacado la inversión del Gobierno central en Ceuta en Sanidad durante los últimos cuatro años, que ha pasado de 10 millones de euros durante la época de Aznar a 100 con Zapatero, por lo que Soria afirma que los socialistas han demostrado que quieren a Ceuta "diez veces más" que el PP. Bernat Soria ha pedido que se compruebe si alguna ciudad del tamaño de Ceuta ha recibido tanta inversión en Sanidad en los últimos años.
La intención del Ministerio, afirma Soria, es que la calidad del servicio sanitario en Ceuta sea igual o incluso superior a la del resto del Sistema Nacional de Salud. En cuanto a los problemas habituales de falta de personal en la ciudad, Bernat Soria ha asegurado que existe un proyecto de consolidación, con varios frentes como las mejoras de las condiciones laborales, de los centros de trabajo, así como un incremento de efectivos para rebajar la gran carga que sufre la plantilla sanitaria en Ceuta.
Sobre las críticas del PP al retraso de las obras, Soria ha explicado que estas se deben a la necesidad de adaptar las instalaciones al equipamiento que ya se ha adquirido, y ha calificado de "antipatriotas" a aquellos que se alegran de los retrasos y de cuando "las cosas van mal en España". Sobre la polémica acerda de que el hospital de Ceuta pueda atender tambié al entorno geográfico de la ciudad (norte de Marruecos) como se ha publicado alguna vez, el ministro ha recordado que España tiene una serie de convenios "por los que si a Málaga va un noruego se le atiende, y si viene a Ceuta también le atenderemos". Soria ha pedido al PP ceutí que si tienen interés en excluir a alguna "nacionalidad concreta, que lo digan". Por cierto, que la rueda de prensa del ministro ha estado marcada por el ruido procedente del exterior, donde los funcionarios en huelga de Justicia han organizado una nueva concentración con pitada para expresar su malestar por la falta de diálogo con el Gobierno, en un paro que se prolonga desde el pasado 4 de febrero.