Llega la temporada de playa y, con ella, el acostumbrado popurrí de peligros para el grueso de los bañistas. El calor aprieta como nunca y muchos optan por combatirlo acertadamente entre arena y sal. Como cada año durante el transcurso de estas mismas fechas, las autoridades han puesto a disposición de todos esos veraneantes un catálogo de recomendaciones al que, ciertamente, no viene mal echar un ojo.

Al igual que siempre, en la cúspide de prioridades, se encuentran los más pequeños. "Los socorristas no somos niñeras; los padres y las madres tienen que estar pendientes de sus hijos", reprochaba el máximo responsable de Marsave en suelo ceutí, Rachid Lahsen.

La atención se presta a absoluta necesidad si el menor está "dentro de la lámina acuática" (el agua), máxime, teniendo en cuenta que, en muchas ocasiones, es difícil darse cuenta de que este se está ahogando. "Se llama 'ahogamiento silencioso'", revelaba Lahsen. "Parece que el crío está jugando y chapoteando en el mar", añadía.

"Uno de los síntomas de que un chaval se está ahogando es cuando ladea la cabeza", apuntaba el experto. "Si estás en la arena y ves que tu hijo se empieza a mover hacia un lado y hacia el otro, tírate al agua, porque es muy probable que se esté asfixiando", apostillaba.

La segunda cuestión a tener en cuenta es el propio Sol. No es ninguna novedad que "hay que tener cuidado con los rayos ultravioleta". Rachid recuerda que "todos tenemos un teléfono móvil y podemos saber en todo momento qué tiempo hace y cuáles son los días de mayor incidencia". Si las ganas te pueden por más el astro rey achicharre, recuerda, al menos, aplicarte protección solar.

El otro gran peligro del verano es la denominada 'hidrodución'. Se trata de un fenómeno que se produce cuando alguien se mete en el agua muy rápidamente. Sí, querido lector, hablamos del célebre 'corte de digestión', ese mismo por el que, antaño, tu madre no te dejaba darte a la mar hasta dos o tres horas después de haber almorzado.

Ciertamente, el shock no tiene nada que ver con el proceso digestivo, sino con el repentino cambio de temperatura. "Antes de bañarnos, es importante que nos mojemos las muñecas, las rodillas, la nuca y la cabeza", advierten desde Marsave. A tales recomendaciones, habría que añadir la de "evitar el alcohol". "Si bebes, date un ducha antes de bañarte", explicaba la concesionaria del servicio de socorrismo.

Claro está, las medusas son siempre un riesgo para grandes y pequeños. Este año, no parece que vaya a ser una excepción. Las redes están colocadas, sí, pero muchas se acaban colando en la zona de baño a través de grietas o por encima de las boyas. ¿Qué hacer en caso de picadura? Según Rachid, "es muy importante no echarse agua dulce sobre la herida". "Lo ideal es acudir a cualquier puesto de socorro para aplicar hielo", incidía.

Por desgracia para los más miedosos, ya se ha dado algún que otro avistamiento de carabela portuguesa en lo que llevamos de temporada. Se trata de un organismo vivo cuyo ataque puede llegar a ser letal, por lo que no es ninguna tontería extremar la precaución y, sobre todo, no adentrarse en las profundidades marinas ni alejarse en exceso de la orilla. En cualquier caso, ya sabes: ojo avizor.