El Sindicato Médico y la Administración continúan en pie de guerra. La entidad que preside Enrique Roviralta ha salido este 22 de mayo a escena para "desmentir el comunicado del INGESA en relación a la marcha de la ginecóloga del Hospital Universitario". Esta, según el ente público, estaba en comisión de servicio, lo que viene a significar que su estancia en suelo caballa tenía los días contados.

La organización sindical, no en balde, se mantiene en sus trece, asegurando, de nuevo, que la especialista ha puesto pies en polvorosa por culpa de "la carga de trabajo". "La razón de su marcha se debe a la imposibilidad de conciliar su vida laboral con la familiar", dicen Roviralta y los suyos.

El SMC afirma que "no es posible que el INGESA tuviera a alguien preparado para sustituir a la profesional". Desde el sindicato, argumentan que la Administración "no tuvo constancia de la marcha hasta el pasado 17 de mayo", apostillando que la contratación posteriormente referida por el ente público servirá para "sustituir la baja de otra compañera del servicio", no para la que se acaba de 'fugar'.

A propósito del anuncio sobre la posible incorporación de otro ginecólogo en un futuro próximo, los de Roviralta entienden que este "es aquel que llevan años pidiendo desde el área de ginecología", puesto que -sostienen- "esta situación de saturación no es algo reciente".

El Sindicato Médico ha vuelto a insistir en que esta última partida constituye "un claro ejemplo" de lo que llevan "años reivindicando". "Los médicos ni vienen a Ceuta ni se quedan y el INGESA no pone en marcha acciones para hacer de nuestra ciudad un destino más atractivo para los especialistas", arguye el órgano sindical, que recuerda que, "en los últimos meses, se han ido un cirujano, un traumatólogo, una ginecóloga y cinco especialistas de urgencias".

Entretanto, el INGESA, que ha vuelto a hacer públicos los datos relativos a la huelga, dice que este lunes, 22 de mayo, solo tres facultativos del Hospital Universitario han decidido secundar el parón, lo que -de ser cierto- muestra a las claras que el desinterés por la causa por parte del colectivo sanitario es cada vez más patente.