El Sindicato Médico ha informado este domingo de una nueva baja en el seno del Hospital Universitario. A las recientes renuncias de un cirujano y un traumatólogo que prestaban servicio en el clínico de Loma Colmenar, ahora, hay que sumar la de una intensivista de la UCI que llevaba -según la entidad sindical- "casi 40 años" desempeñándose como tal.

Según la versión ofrecida por la organización que preside Enrique Roviralta, la médica "ha decidido irse por culpa de las malas condiciones que ofrece el INGESA". La circunstancia reduce a cuatro el número de profesionales en activo dentro del citado servicio, número que, para el SMC, resulta "insuficiente para cumplir con la ratio mínima de calidad asistencial".

"La UCI es un servicio de atención inmediata que no posee una agenda de citas previas; sus facultativos actúan en el momento en el que se les requiere", explica el sindicato, que denuncia que, hoy por hoy, "el servicio cuenta con un solo especialista de guardia entre las tres de la tarde y la mañana del día siguiente", lo que viene a significar que una única persona se hace cargo de todas las eventualidades que se presentan dentro del referido lapso.

Tal y como cabía esperar, Roviralta y compañía han aprovechado el tirón para dar continuidad a su campaña contra el INGESA. En palabras del SMC, los médicos de la mencionada especialidad "trabajan con equipos obsoletos". "Durante la pandemia, el servicio no disponía de suficientes respiradores", se quejaba el también presidente del Colegio Oficial de Médicos de la ciudad.

Desde el órgano sindical, aseguran haber encontrado en LinkedIn una oferta de empleo para cubrir la vacante. En esa presumible oferta, el ente público estaría incluyendo -dice el SMC- "ventajas de área de difícil desempeño". "Es sorprendente que una institución pública esté buscando profesionales a través de redes sociales", concluyen los de Roviralta.