La Guardia Civil detuvo el pasado 20 de junio en la zona de preembarque del recinto portuario al conductor de un Opel Vivaro de matrícula francesa cuando este intentaba subir a bordo de un ferry portando consigo más de 400 kilogramos de droga.

Dadas las sospechas levantadas por el individuo, los agentes desplegados en la zona decidieron emprender el habitual protocolo de inspección. Inmovilizado el vehículo, los mismos beneméritos realizaron un exhaustivo reconocimiento sobre este, logrando detectar la presencia de varios bultos de sustancias estupefacientes a los pocos minutos de iniciar la búsqueda.

Según ha trasladado el Cuerpo, en total, fueron intervenidos "775 bloques de resina de hachís", monto que arrojó un pesó exacto de "409.800 gramos". Al parecer, la mercancía permanecía oculta "en un doble fondo practicado en la separación de la zona de carga con la de pasajeros".

Constatada la naturaleza de la sustancia, los guardias civiles procedieron a la inmediata detención del ocupante de la furgoneta, resultando ser este "un súbdito marroquí con permiso de trabajo y residencia en Francia".

Practicadas las diligencias oportunas, el arrestado ya ha sido puesto a disposición de la autoridad judicial, ante la que habrán de responder en breve por un presunto delito contra la salud pública.

Como siempre, la sustancia intervenida ha sido trasladada al Área de Sanidad de la Delegación del Gobierno, donde permanecerá por tiempo indefinido a la espera de ser destruida. El turismo, por su parte, también ha sido puesto a disposición del juez encargado de instruir el caso.

Al margen de este nuevo episodio antidroga, la Benemérita ha requisado este penúltimo miércoles de junio otro vehículo -también en el recinto portuario- sobre el que pesaba un orden requisitoria "con señalamiento en vigor".

El automóvil en cuestión era un BMW matriculado en Portugal, ocupado por cuatro personas -de nuevo, de nacionalidad marroquí- empadronadas en el país luso. Claro está, todas han sido arrestadas de inmediato.