Las reclamaciones de las compañías telefónicas, otro problema añadido a los vecinos del edificio de colores
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El edificio de colores, tras el incendio que calcinó las plantas inferiores
Los residentes, que podrían tardar hasta seis meses en volver a sus casas, no sólo se enfrentan a la situación derivada del incendio, sino, también, a una actitud incomprensible por parte de las empresas telefónicas, que les exigen la devolución de los routers o el pago de los mismos, a pesar de que no pueden entrar en el edificio porque la Policía Científica sigue trabajando en el interior del inmueble

Que desde la liberalización del sector telefónico, las compañías de ese segmento se han convertido en punteras, es algo tampoco duda nadie. Por ejemplo: Telefónica  ha generado unos beneficios de 462 millones de euros en el segundo trimestre del presente año, y 760 desde que comenzó el presente 2023, según los datos conocidos en las últimas horas. Los últimos datos de Orange corresponden al cierre del ejercicio 2022, con 1.111 millones de euros. Vodafone registró unos ingresos netos de 4.180 millones de euros en su último año fiscal. Estas compañías y sus distintas filiales, con la tecnología 5G en pleno desarrollo y ofertas cada vez más 'seductoras' para el cliente. Controlan, además, buena parte del sector audiovisual: rara es la oferta que no nos incluye la suscripción gratuita a alguna plataforma de contenidos en streaming o competiciones deportivas y cine de estreno. Con todo ello, estas estas empresas no parecen entender que ocurre cuando el local de abajo de tu casa se incendia, tienes que abandonar tu vivienda por posible riesgo de colapso y empezar, de nuevo y 'sine die', una vida en un piso de alquiler. "No nos están llamando, nos están acosando", lamenta nuestro confidente.

¿Quién es nuestro confidente? Un vecino del edificio Pret a porter, conocido como "el de los colores". El mismo que salió ardiendo hace unas semanas, en lo que supone el mayor incendio de la historia en casco urbano en Ceuta. En una ciudad pródiga, por cierto, en este tipo de sucesos, a veces con el peor de los resultados como la muerte de la joven Eva Alonso, a principios de los 90, por inhalación de humos en la Torre de la Marina.

Y ahora el nexo entre el primer párrafo y el segundo. A la inquietud de no saber cuando podrán regresar a sus hogares se les une en las últimas horas una serie de requerimientos por parte de todas las compañías con clientes en el lugar. Fácil de entender: alquilan pisos para vivir estos meses, instalan Internet  en estos y las compañías les reclaman el router y el decodificador que ya tienen a su nombre. Es decir: el del edificio donde no pueden entrar, y que tiene cambiadas hasta las llaves del portal para que la Policía Científica y peritos tengan tranquilidad para poder trabajar.

"Nos dicen que les devolvamos el router antiguo y, claro, les explicamos que no puede ser. Nos reclaman el pago de ese, y les explicamos que no podemos devolvérselo porque, básicamente, no podemos entrar. No entran en razón", lamentan. La última vez que pudieron entrar, "nos dijeron que podíamos recoger algunas cosas hace tres semanas, y desde entonces no hemos podido volver. En aquella ocasión, lo que hicimos fue vaciar congeladores, coger algo de ropa y volver a los pisos que hemos ido consiguiendo", nos dice uno de los vecinos. Eso, del segundo piso para arriba. Los del primero se van a ver más afectados, y todos por un auténtico maregmagnum de pruebas periciales, informes patológicos y acuerdos con las compañías del seguro. Los cálculos más optimistas hablan de cuatro meses para volver a sus hogares. Los más pesimistas dan por garantizado que verán nacer 2024 en otro edificio.

Uno de los afectados: "ayer nos instalaron el router y  el descodificador en la casa nueva. Entre ayer y  hoy tengo decenas de llamadas exigiéndome que devolvamos el de la casa antigua o nos la cobran. No es decir que, por ejemplo, el día quince vayamos a entrar, no; es que la Policía Científica sigue trabajando en el lugar, nosotros no podemos acceder porque encima han cambiado las llaves del edificio para que no entre nadie y barajar una fecha no ya de regreso a nuestros hogares, sino de poder volver entrar durante un tiempo para recoger más efectos personales es imposible".

"Lo hemos explicado por activa y por pasiva, pero no hay manera de que nos entiendan. Les hemos dicho que si quieren, prueben a entrar ellos en nuestras casas a coger el router, a ver si a ellos les dejan entrar y les dan las llaves. A alguno ya les he dicho literalmente a que si tienen bemoles, les doy la dirección de mi casa". Con los consiguientes recargos, en el caso de que alguien se niegue a entrar en el juego. "Nos quieren cobrar tanto en las casas en las que algunos se han instalado y no disponían de conexión a internet y teléfono como en las que vivíamos y hemos tenido que dejar porque nos ha salido ardiendo parte del edificio", denuncian.

La postura de las operadoras es "inflexible, y nuestra situación económica cada vez más complicada. Seguimos pagando las hipotecas de nuestra casa, estamos pagando ahora el alquiler de esas que hemos podido buscar para pasar estos meses, tirando de ahorros. Y esto". No es tanto el dinero, que también "sino la falta de sensibilidad, de empatía con una situación que desde luego no hemos provocado nosotros". Mientras, las grandes compañías en plena lucha por posicionarse correctamente para el 5G siguen ofreciendo cifras multimillonarias en sus cuentas de beneficios...

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