Ceuta será de nuevo el escenario durante la próxima semana de un simulacro de terremoto de la Unidad Militar de Emergencia (UME) dentro del operativo 'Gamma Sur 2016', muy similar al que ya se llevó a cabo en la ciudad durante cuatro días el pasado mes de noviembre. Maniobras que coincidirán en el tiempo con una campaña de la Ciudad para concienciar y preparar a los ceutíes ante un posible movimiento sísmico y que copará los medios de comunicación locales durante el mes de abril.

Precauciones lógicas con el temblor del último seísmo registrado en el Mar de Alborán aún en el recuerdo, más si echamos un vistazo a la web del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y su largo listado de los terremotos sentidos en áreas próximas la península. Salvo contadas excepciones (Tomelloso, Golfo de Cádiz con movimientos sísmicos muy pequeños) el resto de los registros corresponde a la zona sur del Mar de Alborán y Alhucemas. El último de cierta consideración, 5,0 en la escala Ritcher, se registró el pasado 11 de marzo a las cuatro de la madrugada, también en el mar de Alborán Sur y lo pudieron sentir desde La Línea hasta Almería.

Desde la Red Sísmica Nacional, un organismo dependiente del IGN, le restan importancia a la sucesión de temblores. “Últimamente ha habido más actividad, hemos tenido un poco más de trabajo, nada más. Pero después de un terremoto grande, podemos denominarlo así ( magnitud 6,3), suele haber un periodo largo de varios meses en que es habitual que haya más actividad, es totalmente normal”, explican recordando el seísmo registrado el pasado 26 de enero en la misma zona, afortunadamente de madrugada, a 77 kilómetros de la costa y a diez de profundidad, lo que evitó males mayores.

Pese a todo el riesgo de que se repita otro episodio es estadísticamente bajo. Estadísticamente. “No se pueden hacer previsiones en sismología, de ningún tipo”, explican fuentes del IGN, “lo normal es que no que haya muchas réplicas, algunas grandes, con magnitud 5; 5,2 ó 5,3 como ha habido, pero que no haya otro mayor, esa sería la lógica pero en sismología es imposible saberlo”.

El de enero fue el temblor más grande registrado en España desde 2009, cuando un terremoto de magnitud 6,2 y con epicentro en el océano Atlántico se dejó sentir en la costa occidental de Andalucía. Le siguió Lorca, en 2011, con un terremoto de 5,1 que dejó, El Hierro con dos temblores en dos años, 2011 y 2013; Ossa de Montiel en Albacete y finalmente Melilla y la región de Alhucemas, una zona que ya fue castigada en 2004 con un terremoto de 6,5 que dejó 600 muertos en el Rif.

"Posibilidad siempre hay"

¿Dónde será el siguiente? “No se puede saber, es imposible, posibilidad siempre hay”, asumen en el principal observatorio sísmico, “lo normal es que no, que después de un terremoto grande no venga otro detrás pero es imposible saberlo. El último en la zona fue en 2004, muy parecido al último pero fue en tierra, y después de ese han pasado doce años”.

El área del Mar de Alborán no es tampoco, afortunadamente, la Falla de San Andrés. “La zona en la que está históricamente no ha habido terremotos destructores, lo normal es que no haya otro mayor pero en sismología no nos atrevemos a predecir porque no se puede asegurar nada”, insisten. Y en lo que a Ceuta se refiere, aunque se dan episodios en al área del golfo de Cádiz, la zona más activa es la ya reseñada del mar de Alborán donde el peligro para Ceuta estaría en un tsunami, algo también poco probable y para lo que es necesario movimientos sísmicos muy fuertes.

Lo único cierto es que la memoria es frágil y el concepto terremoto tenía un cierto aire exótico, sonaba a Japón, Pakistán, Chachemira, Haiti o Nepal (este mes se cumple un año), pero el riesgo, aunque poco probable, está ahí, a la vuelta de la esquina. Nunca está de más al menos tenerlo en cuenta.