Y es que aunque la consejera no quiere criticar, si deja entrever veladamente que los malévolos periodistas (la canallesca siempre es maligna para la insigne portavoz) han obviado las declaraciones en la que desmontaba todas las supuestas deficiencias o al menos anunciaba su arreglo inmediato. Pero claro, que la realidad no te desmonte un buen titular, pensará Bel que han aplicado los responsables del programa.
Además, y por si fuera poco, en cualquier caso la culpa no es suya, que en los pocos meses que lleva al frente ha hecho lo indecible por mejorar la situación. En todo caso será de quien estuviera antes. Si sorprendente es que Yolanda Bel eche la culpa de todo a los periodistas, utilizar a una compañera de partido y gobierno para defenderse es ya inaudito, por no decir que bochornoso.
Pero lo mejor sin duda llega cuando Bel asegura que si el contrato de Urbaser es tan elevado es por culpa de la limpieza del Tarajal. Precisamente esa labor que Urbaser no realizar porque el Gobierno de Vivas y Bel dijo que no hacía falta. Irrisorio, si no fuera porque todo el mundo sospecha desgraciadamente lo que se esconde detrás de cada una de las noticias, acontecimientos o decisiones relacionados con el infausto contrato de la limpieza. Si Yolanda Bel tuviese la más mínima vergüeza política se hubiese ido a su casa hace años. No esperen esa decisión. Siempre es mucho más fácil echarle la culpa a otro.