- El PP se ha planteado acabar sí o sí con el sistema educativo y así se lo ha encargado al ministro Wert quien a su vez reparte instrucciones entre los suyos para hacernos pensar que los demás somos quienes nos equivocamos al respecto.

La calidad educativa va a comenzar a ser proporcional a los ingresos de las familias, a su status. Las matrículas en las universidades cada vez serán más caras y las posibilidades de obtener una beca de estudio cada vez más complicada. Las aulas se masifican. El profesorado no da abasto. La saturación se empieza a hacer más que evidente.

La LOMCE es una ley total y absolutamente partidista, alejada, muy alejada de las preocupaciones educativas de la sociedad española y cercana, muy cercana, al ideario del partido que la promueve. Con ella, la pretensión de quienes la apoyan es educar según los criterios del Partido Popular. Con ella pretenden adoctrinar. Eliminar el pensamiento crítico. El pensar por uno mismo teniendo en cuenta distintos puntos de vista es algo que siempre ha molestado a la derecha y ahora pretenden hacer bueno sólo el pensamiento “oficial” que ellos tengan.

Con ella el gobierno busca justificar sus recortes en educación, un castigo a toda la sociedad que no podemos permitir: se van a ir recortando las partidas de becas, se aumentan las ratios de profesorado-alumnado (En Ceuta, si siguen aumentándolas los profesionales tendrán que salir al pasillo), se reducen las aportaciones a los centros…

Utilizan, quienes la apoyan, el argumento de aumentar la competitividad de nuestro colectivo estudiantil en el mercado laboral, olvidando la importancia de aumentar sus conocimientos desde la calidad que se merece un sistema público, su capacidad crítica, o su capacidad investigadora.

Es una ley absolutamente autoritaria, para la que no se tienen en cuenta las opiniones de todas aquellas personas y entidades con capacidad de aportación de ideas y mejoras. Aun conscientes del rechazo que ha generado, el PP se afana en seguir adelante en su objetivo de destruir el sistema educativo en vez de abrir foros de debate de consenso de la opinión pública. Todo sea para contentar a la Europa que les manda las directrices.

Y es una ley que lamentablemente va a afectar de manera negativa a nuestro colectivo estudiantil, al ceutí. Poco o nada va a aportar en la lucha contra el fracaso escolar. Va a influir de manera negativa en la saturación de las aulas, que llevan años superando los límites establecidos porque el gobierno no invierte ni un euro en la construcción de centros educativos.

Si a ello le sumamos la reducción de las cuantías destinadas a becas, imprescindibles para miles de familias ceutíes, la LOMCE se vislumbra como una estocada letal al futuro educativo local.