- Este es el último artículo de colaboración que escribo antes de las elecciones del próximo domingo 22 de mayo.

Para el lunes que viene, ya habremos decidido entre todas las personas que vayamos a las urnas la composición de la Asamblea para los próximos cuatro años.

No sé si tienen decidido ya a quién votar o si aún tienen alguna duda. Pero imagino que sí se han planteado para qué quieren que sirva su voto.

Yo lo tengo claro.

No quiero que mi voto sirva para que haya innumerables cargos cobrando sumas astronómicas por no hacer nada como ha ocurrido en la última legislatura donde el gobierno del PP ha aprovechado las apuradas arcas municipales para nombrar puestos de libre designación a diestro y siniestro.

No quiero que mi voto sirva para que continúen subiéndonos los impuestos más de lo que ya lo han hecho a lo largo de estos años en los que Ceuta y los ceutíes hemos sufrido la mayor subida impositiva de nuestra historia.

No quiero que mi voto sirva para que cada dos semanas se traigan flores perecederas que nos cuestan demasiado, se coloquen maceteros, estatuas y se encarguen cuadros a tutti plen.

No quiero que mi voto sirva para que sigan aumentando las personas en paro sin que por parte de un gobierno local se lleven a cabo programas tendentes a disminuir esas cifras fomentando los yacimientos de empleo locales o promoviendo diversas medidas.

No quiero que mi voto sirva para fomentar diferencias y desigualdades entre los ceutíes según la zona donde vivan, o según su estatus socioeconómico.

No quiero que mi voto sirva para que la gente joven de mi ciudad se sienta ignorada y sin recursos ni alternativas, teniendo que plantearse abandonar su ciudad porque creen que no hay cabida para ellos.

No quiero que mi voto sirva para que haya vividores que se aprovechen de las miserias y necesidades de algunas mujeres como lo hizo el que fuera ex presidente del Partido Popular de nuestra ciudad protagonizando uno de los más graves escándalos políticos a nivel nacional.

No quiero que mi voto sirva para que haya cerca de un cuarenta por ciento de personas que viven bajo los umbrales de la pobreza sin apenas recursos con los que subsistir, y que para obtener la más mínima ayuda tienen que esperar meses porque esas son las directrices del gobierno que hemos tenido.

Ya está bien.

Las personas de Ceuta se merecen algo mejor.

El 22 de mayo está a la vuelta de esquina, y, con él, la decisión sobre el futuro.

Nuestro futuro.