Igual que los últimos días del año solemos realizar un balance de lo que han supuesto para nosotros los 365 días que quedan atrás, estos primeros días del año son siempre apropiados para fijarnos una lista de propósitos que cumplir a lo largo de los próximos meses del 2011.

Atrás queda todo un año marcado por la crisis económica mundial y que a algunos más que a otros ha afectado de manera gravísima.

A nivel político, el Partido Popular de Ceuta no ha dejado de sorprendernos, para mal, haciendo gala durante esos 365 días de lo perjudicial que puede ser para la democracia el gobierno de las mayorías absolutas. Despilfarros, ceses, escándalos y un largo etcétera recordados recientemente por el informe del Tribunal de Cuentas y que vienen a recordarnos la tónica habitual en la gestión del PP no sólo durante 2010, si no desde hace muchos años, desde que gobierna; y que, lógicamente, han causado un profundo malestar entre la población, especialmente al constatar la indiferencia y la pasividad de los que mandan, quienes ya se consideran por encima del bien, del mal, y de la voluntad de la gente de Ceuta.

Pero para empezar el año, prefiero hablarles del proyecto que muchas personas creemos es el futuro de Ceuta. El proyecto de la COALICIÓN CABALLAS, que formamos UDCE y PSPC.

Es el proyecto de la Ceuta que puede y debe ser mejor para todas las personas que en ella vivimos y no sólo para las que se cobijan bajo la alargada sombra del señor Vivas y compañía, que es lo que desgraciadamente ocurre en la actualidad y que ha convertido a nuestra ciudad en un lugar en el que el clientelismo político está a la orden del día mercadeando con las necesidades de unos para lograr los objetivos de otros.

El proyecto de una Ceuta, por el que cada vez apuesta más gente, como la mejor manera de hacer que la ciudadanía recupere la ilusión y la confianza en sus gestores políticos, demostrándoles que se puede gestionar de manera transparente y prudente, y tal y como cualquier ciudadano o ciudadana diligente y razonable lo haría, sin distinguir entre la calle en la que se viva o la afiliación política que se tenga.

Un proyecto, el de la Coalición Caballas, que formamos gente tan diferente como las piezas de un puzzle, sin complejo alguno, pero en el que encajamos todos a la perfección. Ese puzzle, bien podría ser nuestra ciudad, y las piezas, las personas que en ella convivimos.

La ilusión y las ganas de cambiar las cosas para mejorarlas para todos sin excepción, son el principal motor de nuestra coalición, cuyo proyecto está por encima de cualquier persona porque lo que ambicionamos es una ciudad capaz de dar ejemplo al resto y en la que todas las personas tengan, realmente, los mismos derechos.