Corría el año pasado, creo, cuando saltó la polémica por motivo de la colocación de unas estatuas “verdes” en nuestros jardincillos del centro urbano.

Entre esos nuevos habitantes se encontraba un precioso caballito que se asemejaba al del escudo de Ferrari, pero en verde. Pues bien, hablo del cuadrúpedo en pasado por el hecho de que ha desaparecido. Lo sacaron del sitio y en su lugar han puesto un arbusto.

Se puede saber ¿a dónde se lo han llevado? ¿Estaba tan maltrecho que lo han metido en un invernadero? ¿Se ha secado del todo? ¿Lo han llevado a las nuevas instalaciones hípicas?

Esto me hace pensar en que interesa tener contento a alguien que se encargue de proporcionar todo lo que a plantas se refiere, sobre todo sin son plantas “artísticas”. Con lo que costó en su día comprarlas se podría haber puesto un centenar de arbustos menos artísticos, que para lo que ha durado la inversión…

 

Y es que no me explico yo a que viene tanto gasto en plantas, con es mismo dinero se podría montar un gran invernadero municipal y hacer una especie de “rotación de cultivos” y no tener que tirar lo que tanto dinero cuesta reemplazar. Además, eso daría para montar una escuela taller dónde formar y emplear a los parados de esta ciudad, que no son pocos, y de paso reciclar la inversión.

 

Bueno, y hablando de reciclaje ¿y lo de las plantitas de plástico que denunciaba el otro día un lector? Es de chiste. Ahora compramos las plantas falsas, que no son precisamente más baratas ni ecológicas, pero darán menos quebraderos de cabeza a los pobreticos que se tenían que poner a arreglar los macetones-mediana de la Avd. Juan Pablo II, con lo que pasa por ahí…

 

En fin, que lo que es en plantas no hay crisis, se compran, se malcuidan, se tiran y se compran más, para que todo parezca bonito. Nunca es demasiado el gasto con tal de hacer una buena foto.