Por fin ha sido claro el Delegado del Gobierno de Ceuta en las declaraciones que ha hecho respecto a la pérdida de fondos europeos de la Ciudad: 'Una ciudad que depende exclusivamente o fundamentalmente del Gobierno se dedica sistemáticamente a dar pellizquitos de monja, la verdad, no lo entiendo', para a continuación preguntarse si 'nadie tiene en el Gobierno de Ceuta el sentido común para comprender que ese no es el procedimiento de iniciar un camino de andadura obligada, que depende siempre del Estado, esté quien esté, y gobierne quien gobierne' y terminar amenazando con las 'malas consecuencias' que esto tendrá para el futuro de la ciudad.

Es decir, que según nuestro 'Alto Comisario', pues esto es lo que parece que se cree que es, a juzgar por sus declaraciones y actitudes, Ceuta depende exclusivamente del Gobierno y, por esta razón, no debe salirse del guión que éste le marca. Claro, ahora entiendo yo por qué boicoteó la 'mesa por la economía', el por qué le traen al pairo los agentes sociales, o por qué no cree en el futuro de la Ciudad, si no es bajo el paraguas protector del Gobierno de turno. Esto explicaría también sus continuas e insolentes declaraciones y el absoluto desprecio que siente por esta tierra y por las gentes que aquí vivimos y trabajamos. Por esto debe ser por lo que creía que participar en una mesa por la economía con los agentes sociales y con el Gobierno local era tanto como ponerse deberes a él mismo.

Una de las obras cumbre de nuestra literatura y de la literatura universal es el Quijote de Miguel de Cervantes. Hay muchas interpretaciones sobre la misma. Para mí refleja a la perfección el espíritu español. Pero sobre todo hace un análisis crítico y muy fino de la sociedad del momento y nos aporta grandes enseñanzas respecto al comportamiento del ser humano. Uno de sus pasajes más entrañables  es el dedicado a la ínsula que prometió a su escudero Sancho a cambio de su compañía, cuando Don Quijote decide volver a sus andadas. Se trataba de la ínsula Barataria, que le otorgaron unos duques interesados en burlarse del escudero, pero en la que Sancho demostró su inteligencia y carácter pacífico en su gobierno. Con este pasaje, no sólo se nos muestra un ideal político utópico de gobierno con sentido común, sino que se satirizan, con la maestría habitual de Don Miguel de Cervantes, todo tipo de totalitarismos.

Pero no aprendemos. Ni siquiera de Don Quijote y del bueno de Sancho. Los políticos, de uno y otro signo, se dedican a lanzarse diatribas unos a otros. Parece como si estuviéramos inmersos en un concurso en el que el ganador fuera el que pronuncia la palabra más soez, profiere el insulto más ordinario o provoca el titular de prensa más impactante. Y se nos olvida que los espectadores son gentes sencillas del pueblo, que simplemente quieren respuestas a sus problemas y a sus preocupaciones. Por ejemplo, quieren saber si realmente el Gobierno de la nación ha dejado de enviar unos fondos a Ceuta para favorecer a otras regiones. Y si esto era inevitable. O si se tenían que haber contabilizado los ingresos de otra forma, para así no perder la condición de objetivo número uno de la Unión Europea. O simplemente, si es posible que Ceuta se pueda desarrollar de forma autónoma, como hace Canarias, o si por el contrario se nos va a seguir tratando como una colonia, sin serlo.

Todas estas cuestiones son las que realmente interesan. No las insolencias del Delegado del Gobierno, ni las bravatas del Diputado del Partido Popular. Pues quien realmente gana con todo esto es el Gobierno de Marruecos, y también los asesores del Presidente Zapatero que quieren devolver de forma 'ordenada' esta ciudad a Marruecos. Y es que en el fondo van a llevar razón, pues nos comportamos como si sólo fuéramos una pequeña ciudad, con un Ayuntamiento, un Alcalde y unos cuantos Concejales que se creen Ministros. Y con estas mimbres ¿qué pintamos en Bruselas?.