El Partido Popular ha perdido las elecciones. Con ello se evapora la idea que se había dejado circular de que a nuestro señor Alcalde se le podría nombrar Ministro. Pero también se da un toque mortal de necesidad al famoso soterramiento del puente de la Almina, pues ya el señor Rajoy no podrá traspasar la propiedad de la parcela que actualmente ocupa el mercado de abastos a la Ciudad Autónoma. Sin embargo, el señor Vivas sigue adelante con la idea y nos dice que entonces el soterramiento lo hará por otro lado, que convocará un concurso de ideas y que demolerá el actual mercado de abastos, aunque no pleiteará con el Gobierno central. Y que dentro de un año, el nuevo mercado estará en la Manzana del Revellín.

Aunque no conozco a nuestro Presidente desde pequeño, pues no soy nacido en Ceuta, sí llevo en esta tierra el tiempo suficiente como para haber conocido al amable funcionario Vivas cuando trabajaba en PROCESA. Aún no había ganado las elecciones el Partido Popular y teníamos en marcha una plataforma ciudadana para intentar que se hiciera un hospital nuevo en Ceuta. En aquellos momentos, hablar con este hombre sobre cualquier tema relacionado con los fondos europeos, o con la promoción de empresas en la ciudad, era un deleite intelectual, pues su conocimiento de la materia era profundo y muy profesional. Nunca hubiera imaginado yo que el poder pudiera transformar de forma tan radical el carácter y el talante de una persona.

Juan Martínez Díaz, El Empecinado, fue un personaje liberal querido y admirado en tierras castellanas. Participó en la guerra de la independencia con sus partidas de guerrilleros, y combatió junto al ejército español contra los franceses, llegando el rey Fernando VII a autorizar que se levantara una pirámide en su honor en la ciudad de Alcalá, por haber contribuido a su liberación. Sin embargo, ese mismo Rey ordenó más tarde su destrucción, por tratarse de un "liberal". Posteriormente, tras el trienio liberal, tuvo que desterrarse en Portugal. Desde allí se le autorizó a volver, pero se le traicionó, se le detuvo y se le ahorcó. Desde entonces se entiende por empecinarse como obstinarse en conseguir un fin.

En el caso de la Manzana del Revellín creo que pasa algo similar. Los señores del Partido Popular de Ceuta, con Vivas a la cabeza, se han empecinado en seguir adelante con su idea descabellada de instalar allí el mercado de abastos, pero no quieren pleitear con el Gobierno central, ahora que han perdido las elecciones. Sin embargo hacerlo con sus conciudadanos sí les apetece, pues se trata, según ellos, del interés general. Del bien común. Frases grandilocuentes, que sólo esconden intereses bastardos. Igual que la tan manida "razón de Estado", que ha sido utilizada a lo largo de la historia por los políticos de todo signo y pelaje, para justificar sus tropelías y sus traiciones. Quizás por ello traicionaron a Juan El Empecinado, a pesar de haber contribuido tanto a la restauración monárquica, aunque desde su posición liberal. De la misma forma que traicionarán a nuestro "Empecinado" local todos aquellos que hoy le adulan en el pozo de las vanidades. Otra parcela en precario. Una nueva sentencia desfavorable. Un informe inconveniente del Tribunal de Cuentas. Algún documento que alguien tenga y deje ver. Cualquier acontecimiento inesperado podrá hacer girar la rueda de la fortuna y convertir al más adorado de los Alcaldes en el más "apestado" de los humanos.

Pero mientras llega o no llega el momento, seguiremos trabajando para que vuelva al pueblo lo que es del pueblo y para conseguir una Manzana cultural.