El pasado martes coincidía en el barco de vuelta a Ceuta con los rocieros que venían de hacer su camino. Como suele ser habitual con los residentes de ésta ciudad que pretenden embarcar en Algeciras, un grupo de ellos tuvo problemas serios con los empleados de la Naviera, al haber perdido su documentación identificativa. Ya no se salvan de esta pesadilla ni los devotos seguidores de la Blanca Paloma. Un documento olvidado, una foto mal hecha, un vencimiento caducado....Cualquier pequeño problema se convierte en la excusa perfecta para que las Navieras hagan 'ancheta'. Las cuentas son muy fáciles. Un incumplimiento por nuestra parte de la interpretación estricta, y por eso interesada, que ellos hacen de la normativa, les supone unos ingresos añadidos de 35 euros por pasajero, que es lo que nos cuesta sacar un billete sin bonificar. Si admitiéramos, por ejemplo, que un 1% de los viajeros pudiera tener estos problemas, multipliquen y verán lo que recaudan de forma extraordinaria estas empresas. Diez pasajeros les pueden solucionar parte de la nómina de un día. Y todo con el visto bueno del Ministerio de Fomento.

Sin embargo, al revés no pasa nada. Un retraso, una suspensión por razones 'técnicas', un trato vejatorio a algún pasajero, unos asientos rotos...Sin problema. Todo lo más, un informe del Consejo Económico y Social de Ceuta, que quedará guardado en el fondo del cajón de la mesa de algún político. ¿Conoce alguien algún expediente sancionador iniciado, y terminado, contra alguna Naviera?. Si nos fijamos en los nombres de algunos de sus consejeros, o de sus cargos directivos, encontraremos la respuesta.

 

En este caso, afortunadamente para las pasajeras afectadas, el final fue feliz. Ni tuvieron que pagar el suplemento, ni se tuvieron que quedar a dormir en Algeciras, ni tuvieron que denunciar a la Naviera. Todo quedó en un tremendo sofocón para unas señoras que protestaban, con razón, y que reclamaban, a voces, su nacionalidad española y su residencia en Ceuta, ante la imperturbable actitud de la empleada de la Naviera que, sin duda cumpliendo órdenes, impedía el paso a las indocumentadas señoras. No sé si fue fruto del sentido común de los empleados, de la casualidad, o de la Providencia. Lo cierto es que la intervención de algún sacerdote que les acompañaba, y del hermano mayor, o algo parecido, de la Hermandad, enseñando la lista de todos los miembros de dicha asociación y jurando que esas personas eran las que figuraban en la relación, bastó para que las señoras pudieran embarcar y llegar a Ceuta con el resto del grupo.

 

Nada que ver con lo que ocurrió hace unos meses con otro grupo de pasajeros, entre los que me incluyo, también de Ceuta, y españoles, con documentación identificativa en regla, que porque el documento de una señora llevaba quince días caducado, se empecinaron en que sacara un billete nuevo, y como no lo hizo, la dejaron a ella, y a los que pretendíamos acompañarla, en tierra. Incluso dieron la orden de desenganchar del barco la pasarela de embarque con diez personas dentro, una de ellas menor, dejándonos suspendidos en el aire, y procediendo a hacer maniobras con la misma sin haber salido de ella, para evitar así que entráramos al Barco. Claro, era la otra gran Naviera. Pero da igual. A la hora de buscar beneficios todos actúan de la misma forma.

 

En aquella ocasión no atendieron a ninguna razón. Ni siquiera a las sugerencias de la Guardia Civil, que les decía que la señora estaba identificada. Ni a los que les acreditábamos que dicha pasajera, y su hija pequeña, eran residentes de Ceuta. Tampoco que era el último barco, y que al día siguiente todos trabajábamos. Tenían que dar un escarmiento a los pasajeros rebeldes. Para que no se volvieran a producir alborotos. Porque, 'alborotadores' es lo que no quieren, pues podrían conseguir que algún día las gentes de esta Ciudad decidieran unirse y poner a las Navieras en su sitio. Quizás por ello a los rocieros les dejaron pasar y a nosotros no.

 

En nuestro caso, además de los insultos que tuvimos que soportar de esos 'cobardes anónimos' que, de vez en cuando, aparecen en los foros de la red para echar veneno sobre los que libremente expresan su opinión, aún estamos esperando la respuesta de la Administración, o el apoyo de algún tipo de asociación o colectivo. Todo lo más, un triste oficio del incompetente funcionario de turno de la Junta de Andalucía indicándonos que no han podido hacer nada por mediar en el asunto, y un Auto contradictorio de los Juzgados de Algeciras, reconociendo que los hechos podrían ser constitutivos de algún tipo de delito, pero decretando el sobreseimiento provisional, por no resultar 'debidamente justificada la perpetración del delito', aunque sin haber realizado la más mínima investigación.

 

No obstante, las espadas siguen en alto. Con poderosos enemigos enfrente. Lo sabemos. Y con un indecente contubernio de funcionarios incompetentes y políticos incapaces, que, en este caso, pondrán piedras en el camino. Lo están haciendo ya. Pero contando con la fuerza, la constancia y la dignidad de los que no quieren vivir de rodillas. De los que se rebelan frente a las injusticias.