La anécdota lingüística de hoy está relacionada con uno de mis múltiples viajes a Estados Unidos. Concretamente, ésta sucedió en el primero de aquellos viajes, allá por 1993. Después de pasar varios días en Nueva York con un compañero de trabajo al que embarqué en mi periplo americano, decidimos darnos una vuelta por la costa oeste, con el fin de conocer ciudades como la asombrosa San Francisco y la inquietante Los Ángeles. Nada más llegar a esta última, nos dimos cuenta de que su posición geográfica con respecto a Méjico nos depararía una estancia en la que la lengua más utilizada no iba a ser precisamente el inglés.

Y así fue. Recuerdo que el comentario más usado durante el viaje fue que si alguien quiere practicar inglés que no vaya a Los Ángeles, ya que la mayoría de la gente habla español. También recuerdo que había establecimientos de todo tipo que mostraban carteles en sus puertas donde se leía “English spoken here” (Se habla inglés).

 

Pues bien, la anécdota de esta semana tiene que ver con el uso del español en Estados Unidos y de cómo ciertas palabras se deforman al llegar a otro idioma. Tenemos muchos casos en nuestra lengua, sobre todo aquellos relacionados con la terminación –ing, usada para, entre otras cosas, designar nombres de actividades. Así por ejemplo nos encontramos con que ir a pescar se dice go fishing, ir de compras go shopping, etc. Y de ahí hemos cogido la terminación con esa acepción y hemos creado palabras como “puenting”, que por supuesto en inglés no existe como tal, ya que si existiese alguna expresión literal para designar esa práctica de riesgo, sería, en todo caso, “bridgeing”, es decir, la palabra bridge (puente) y la terminación –ing (actividad). Por cierto, su nombre en inglés es bungee jumping, haciendo referencia al bungee que es la cuerda elástica usada para el salto.

 

Perdónenme por salirme del tema principal, pero creo que era necesaria la aclaración para mayor entendimiento de la anécdota.

 

En uno de los múltiples paseos por la ciudad, nos encontramos con que en el cartel de un establecimiento rezaba la palabra “carpetería”. Al principio no le dimos mayor importancia que la de una palabra española mal escrita. “Es normal”, pensé, “que en un pais donde la lengua principal no es el español, una palabra española se escriba mal”. Pero no, no estaba mal escrita. Para asombro de mi acompañante y mío el establecimiento en cuestión no era una carpintería, como podría haberse deducido de la palabra, sino una tienda de alfombras, con lo cual enseguida comprendimos lo que había ocurrido. He aquí la explicación:

 

como he señalado al principio del artículo, al igual que nosotros hemos tomado la terminación –ing para actividades, ellos han tomado la terminación –ería con el significado de “tienda o establecimiento dedicado a”, de manera que si cogemos la palabra carpet (alfombra) y le añadimos –ería, la palabra resultante sería “tienda de alfombras”, al igual que la palabra cafetería ha pasado tal cual (sin la tilde) a la lengua inglesa como “establecimiento donde se sirve café”. Aquella anécdota nos dio tema de conversación sobre todo lo que les he relatado anteriormente, el suficiente como para, al ver en una gasolinera unos metros más adelante la palabra “gasetería” ya no nos llamase la atención.

 

Saludos.

 

PD: Qué recuerdos, ¿verdad, Tomás?