¿Quién no apoyaría una movilización bajo este lema? Pues en principio cualquier persona que se considere honorable. Pero seamos coherentes, hagamos un ejercicio serio de reflexión y preguntémonos quienes están detrás de estas manifestaciones. Tomemos como ejemplo la “IV Marcha por la Dignidad” celebrada en nuestra ciudad el pasado sábado. Una llamada encabezada por dos asociaciones no gubernamentales, con la supuesta intención de rendir homenaje a los quince inmigrantes subsaharianos fallecidos en la Playa del Tarajal, el seis de Febrero de dos mil catorce, mientras pretendían asaltar el perímetro fronterizo exterior de la Unión Europea.

En principio, debemos ser plenamente conscientes que nos referimos a dos asociaciones sin ánimo de lucro y autodenominadas independientes de gobiernos, partidos políticos o cualquier otro tipo de organización, pero que casualmente siempre reciben el apoyo expreso de las organizaciones más reivindicativas situadas a la izquierda de la izquierda. Asociaciones sin ánimo de lucro, que desarrollan todas sus actividades gracias a las subvenciones públicas aportadas por las mismas administraciones, que ellas mismas critican con especial animadversión por encontrarse sencillamente dirigidas por opciones políticas contrarias a sus planteamientos. Pues no podemos obviar, que en ocasiones similares anteriores, con gobiernos de izquierda, guardaron el mayor silencio.

Quizás es momento de recordar a los convocantes de la denominada “Marcha por la dignidad” que también es muy honorable defender el cumplimiento de las leyes, las españolas, las europeas y las internacionales. Cualquier país que se precie tiene la obligación legal ante su ciudadanía de proteger sus fronteras frente amenazas muy diversas, incluyendo entre ellas la inmigración irregular. De hecho, la Unión Europea puso en marcha, el 6 de octubre de 2016, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costa con la intención de vigilar muy de cerca las fronteras exteriores a través de una mejor preparación para hacer frente a los retos actuales en materia de seguridad y migración.

A pesar de lo expuesto, no les quepa la menor duda respecto a mi solidaridad hacia quienes buscan un futuro mejor, pero esto no puede ser un obstáculo en el cumplimiento de las normativas actuales en materia de control fronterizo y leyes actualmente existentes en nuestro país, a pesar de las continuas acusaciones de ilegalidad provenientes de los sectores más cercanos a la izquierda española, aquella izquierda que parece haber olvidado los trágicos sucesos acontecidos, en el perímetro fronterizo de Ceuta, un 29 de septiembre de 2005. Sin ninguna duda, una jornada para el recuerdo en la que fallecieron cinco inmigrantes y más de 100 resultaron heridos, y todo ello con un Gobierno progresista. Siempre en nuestra memoria.