Javier Ángel Díez Nieto

¡Esta es una frase que se impuso en los años 80, y nadie sabe porque fue tan popular!, casi como aquella de “Cachi pirulí”, aunque esta última de “Alucina Vecina”, viene al pelo con lo que está pasando en nuestro país, más allá de lo posible y de lo legal, en la actual pugna entre el gobierno y el Tribunal Constitucional que, con su fecundo e impuesto racimo de leyes, todo hierve en confusión legal con fragores de tormenta.

Porque, sorprendentemente, estamos asistiendo a un momento histórico del que depende que sigamos viviendo en democracia o en una partitocracia dictatorial. Y así, de esta manera, el partido que gobierna, el PSOE junto al comunismo podemita, rompiendo la independencia de los poderes, se enfrentan al estado español intentando domesticarlos a su antojo.

¡Si el tribunal constitucional, no nos apoya, las consecuencias serán inimaginables! Son las sorprendentes palabras de un tal Bolaño, portavoz del gobierno socialista. ¡Vamos que, con el chantaje de sus palabras, la guerra con navajas y sin reglas ha empezado! Y seguramente, más de un asno, arrastrado irresistiblemente, correrá diligente a dar altavoz a dichas amenazas.

¡Gobierno partidista o España!, es el reto actual, al que asistimos sorprendidos todos los demás ciudadanos, sin posibilidad alguna de interferir en dicha lucha. Y así vemos que, conforme quien sea el partido que utilice la garantía constitucional del recurso de amparo, este puede convertirse por decisión unilateral del gobierno en un verdadero golpe de estado. ¡Magnifico concepto de la democracia! Pero ellos, el PSOE y podemos, han alcanzado sin duda lo absoluto y universal, que con sus ideas políticas debe ser la democracia.

Y esta es la idea, que al parecer anima a nuestros gobernantes, es decir, que el golpe de estado ya no precisa que sea a fuego y sangre, sino que, puede darse, simplemente aprobando leyes autoritarias de forma unilateral por una parte y aprovechando la matemática parlamentaria. De esta manera, se pueden dar todas las dictaduras que se quiera. Son estas matemáticas parlamentarias, las poderosas aliadas del interés personal de muchos. Así, llegaron Hitler y Mussolini al Poder, aupados por la democracia para después acabar con ella, mediante sus propias leyes.

Lo tremendo es que, de acuerdo con sus expectativas, es posible que pronto pierdan en poder, por lo que previsores, preparan su futuro, castrando todos los demás poderes, dejándolos en sus manos. De esta manera jugaran siempre en la democracia con sus cartas marcadas. Esta última posibilidad, pudiera explicar las amenazantes palabras de Bolaños.

Ahora, lo que intentan es acabar con la independencia judicial y ser ellos los que dirijan sus decisiones. Bueno… en el derecho siempre han existido tres máximas: Tener razón, saber exponerla y que te la den. ¡Bueno, el actual gobierno solo exige la tercera…” ¡Que se la den”… saltándose las dos primeras!

Y así, están las cosas. Pedro Sánchez y sus correligionarios, atacan al Tribunal Constitucional, obligándolo casi…casi a que sus decisiones sean inconstitucionales. Porque, existe en ellos, una total falta de pudor a la hora de acabar con los contrapoderes que, limitan constitucionalmente su potestad antidemocrática. Lo triste, es que los propios jueces, que son los que debían enfrentarse a este movimiento de esclavizarlos, debían ser los primeros en enfrentarse y sin embargo permanecen callados y a la espera de lo que pueda pasar. ¡Bueno…yo creo, que la falta de respeto que con estas cosas empiezan a tener, será cada vez mayor entre los ciudadanos! Sin duda empiezan a ser meros funcionarios, mas apegados a sus esperanzas de ascenso que a impartir justicia.

Lo triste es la proporción. Es decir que apenas 1.800.000 ciudadanos representados entre Bildu, Ezquerra y Just por Cataluña, sumados al PNV, son los que imponen sus decisiones a los 47.000.000 ciudadanos españoles. ¡Y esto la han dicho ellos mismos! Y yo me pregunto… ¿Habrá alguien capaz de cambiar la caduca ley electoral, que es la que permite estos cambalaches dictatoriales?