No sé qué entienden algunos por coto cerrado, porque las siglas que yo conozco son abiertas, democráticas y transparentes. ¿Poca afiliación? Ceuta es una ciudad donde las personas no quieren ser señaladas por la norma generalizada de la subvención y la táctica del miedo. Aun así, hemos crecido en afiliación, cuando prácticamente no existía partido, y hemos sabido estabilizar y poner un horizonte listo para poder gobernar en un futuro no muy próximo.
Y no, no me preocupa que me llamen delfín porque no me lo considero, tampoco me incomoda que hablen de relegar al puesto seis, porque ni saben los motivos del seis, ni nunca me he sentido tan orgullosa de ocupar parte de esa lista. Lo que me alarma es la alabanza de quienes tienen demasiada connivencia al Partido Popular, a pesar de haber sido cesado. Algún día, quienes están faltos de libertad tendrán que explicar qué significa “sufrir saña” o “emplear la guadaña internamente”. Quizás no entendieron el funcionamiento de un partido como el PSOE. Puede que los elogios vengan por tender la mano a Caballas y al Gobierno de la Ciudad, con lo cual entiendo eso de la incomodidad de la radicalidad de nuestro anterior líder, sobre todo cuando juzgan y comparan la radicalidad con el ímpetu reivindicativo, de lucha y de coraje, una valentía que supo crispar los nervios de sus adversarios, y eso no suele gustar, sobre todo cuando entre esas denuncias está la evidencia de hacer uso de ciertos privilegios nada éticos, como la obtención de casas sin ningún tipo de derecho ni de moral.
Pero menos mal que siempre queda la lucidez de quienes prefieren seguir trabajando sin mochila, que parcheando con rencores. El PSOE es mucho más que etapas, son sus valores, sus principios y su historia. Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.