Estimado Fco. Antonio:

Me alegra saber que usted está totalmente recuperado, y que se ha incorporado a la actividad política con las pilas cargadas, sin embargo, lamento la forma en la que lo ha hecho, ya que está siguiendo el patrón de sus compañeros de partido en Madrid, es decir, haciendo alarde del embuste y rozando el frikismo político, con ello consigue dejar a Wert a la altura del perejil.


Recuerdo su toma de posesión, recuerdo como fue usted mismo quién quiso autoproclamarse el “Sheriff del condado” al más puro estilo John Wayne en “Río Bravo” y que a la postre vemos que se asemeja usted más a Chiquito de la Calzada en “Condemor, el pecador de la pradera”, eso sí, sin gracia ninguna, porque en lugar de cohibir al delincuente, parece ser que lo que crean sus declaraciones es un “efecto llamada” a los mismos para que sigan con su actividad e incluso la incrementen. Ya en su día, se puso el listón demasiado alto y ha sido el tiempo el que lo ha puesto a usted en el sitio que le corresponde. Y es que, Sr. González, está tomando un camino muy peligroso a la hora de manejar determinadas situaciones, por eso le solicito desde este humilde escrito que sea más prudente en cuestiones tan esenciales como el terrorismo islámico. De todos es sabido que en etapas anteriores el problema ha estado perfectamente solventado, así que por favor, no intente hacer política con el terrorismo, porque ni es elegante ni nos va a llevar a ningún sitio.

Habló usted también del problema con la empresa ambulancias, eso sí, sin tener presente una reunión con los trabajadores. Aun así, sigue con el mantra de echarles la culpa de todo a sus predecesores socialistas, en primer lugar acusándolos de irregularidades, presumiblemente jurídicas, y que más tarde, al carecer de pantalones para recoger el guante que le lanzó el Secretario de Políticas Sociales de que lo denunciara en los tribunales, evolucionarían a “irregularidades morales”, otro término nuevo inventado por los señores PP con la pretensión de intentar escurrir el bulto o desviar la atención.

Además se atrevió incluso con los trabajadores del Plan de Empleo, concretamente, expresó que algunos trabajadores no cumplían con su función y que esta se basaba únicamente en el hecho de estar en su puesto de trabajo, pero se ha olvidado de cuando era usted el que simplemente estaba calentado un escaño en el Congreso de Diputados, hecho que nos costaba a los contribuyentes un perraje. Aun así, lleva gran parte de razón, es una pésima gestión la que hacen ustedes de unos Planes de Empleo que salieron mal y tarde, y eso puede ser consecuencia de ser gestionados desde la ignorancia, lo que provoca circunstancias como las actuales y que usted mismo cita.

En lo tocante a educación, es palpable el cabreo generalizado por la pésima gestión de su compañero al cargo de la Dirección Provincial del MECyD, que cada día dejan más clara su manifiesta irresponsabilidad y su dejadez en materia de seguridad en centros públicos. Para más inri los opositores al cuerpo estatal de maestros se enteran de rebote por una página web de la especialidad que van ustedes a imponerles, lo que resulta cuando menos irónico, por no decir lamentable. Por eso, le hago responsable, por mantener en cargos de tanta importancia para la ciudadanía a seres tan infectos de desidia que por no hablar no hablan ni por voz de su amo y que tal vez le hayan contagiado esa inercia.

Comprendo que es difícil representar a un Gobierno como el actual, pero va usted por el buen camino, porque lo representa a las mil maravillas, entre “dije diegos” y el “tú más”. Aunque si por lo contrario, lo quiere usted hacer bien, no centre su trabajo en derrocar la labor de sus predecesores en los medios de comunicación, sino que dedíquese a gestionar debidamente sus competencias que no son pocas, porque la ciudadanía no es tonta y se lo valorará muy positivamente. Por lo contrario podrá aplicarse la consabida frase que tanto le repetía Aznar al mejor Presidente del Gobierno que ha tenido España. Sin más me despido, esperando rectifique sus acciones por el bien de los ceutíes.