Los jóvenes debemos liderar el presente y el futuro de la sociedad, dejando a un lado rencillas pasadas. No podemos caer en disputas que son ajenas a la mejora del sistema educativo y que fomentan la división de la sociedad.

Nos llama especialmente la atención la ausencia de muestras de descontento y protesta durante el Gobierno del PSOE, el silencio ante las medidas de los Gobiernos del Partido Socialista con las que se creó un sistema educativo atrasado e incapaz de dar a los jóvenes las oportunidades para competir con nuestros vecinos europeos.

Muchas organizaciones cerraron los ojos ante el 26.5% de jóvenes que no terminan la ESO. Obviaron completamente que el 31.2% de los jóvenes no continúa sus estudios después de terminar la ESO. Apoltronados en los sillones de sus despachos no quisieron ver el fracaso de los resultados en PISA de nuestro sistema educativo.

No podemos obviar ni pasar por alto que la LOGSE han sido la ley educativa protagonista del fracaso escolar en España y que los Gobiernos Socialistas en ningún momento tomaron medidas para atajar unos datos tan preocupantes como los que se han señalado.

Han estado 8 años en el gobierno impasibles ante las cifras, viendo como cada día se destruían cientos de empleos y el abandono y el fracaso escolar aumentaba. Observando cómo los jóvenes abandonaban o bien sus estudios o bien su país porque en España no encontraban oportunidades.

Ahora que llega un Gobierno capaz de coger las riendas y tomar las medidas necesarias para poder recuperar la educación en España se alzan en pie de guerra, creando una polémica que no busca una mejora de la educación española.

Si en lugar de crear supuestas conspiraciones de desmantelación de la educación pública dedicasen ese tiempo al emprendimiento y a la creación de empleo seríamos capaces de construir una mejor sociedad y salir de la crisis.

En cambio, las reformas del Ministerio de Educación van en la dirección de situar al sistema educativo público español a la altura de Europa. Una mejora educativa que sitúa la educación como un "bien público de primera importancia".

Las reformas priman el esfuerzo, la capacidad del alumno, el desarrollo individual, en definitiva mejorar la competitividad de los alumnos que ya no compiten con el compañero del pupitre sino que se enfrentan a un mundo global.

Una educación pública necesita una buena financiación pública, sin embargo es rotundamente falso que una mayor financiación suponga mejores resultados, como se deduce del último informe publicado por la OCDE. En datos y cifras del Ministerio de Educación podemos ver como desde el año 2000 ha aumentado un 48.5% la financiación con un aumento del 12.5% del alumnado, sin embargo, el fracaso escolar del año 2000 se situaba en un 28.8 % y los datos actuales reflejan un 26%, tan solo 2.8% menos.

Además, el mismo informe señala que los becados por parte del Ministerio de Educación han pasado de 797.121 a 812.411 respecto del año pasado, donde las becas por idiomas han pasado del 4.2% del total del presupuesto de Educación al 5.8%, siendo los idiomas un pilar de la nueva reforma educativa donde la comunicación oral se favorece frente a la gramática.

Ahora tomamos la palabra la mayoría de los jóvenes a los que nos interesa la educación española y su mejora. Cogemos el testigo los que queremos propuestas y no manifestaciones. Lideramos aquellos estudiantes que nos importa la educación frente a proclamas extremistas. Es el momento de que todos y cada uno de los estudiantes que vamos a las clases cuando en las huelgas se boicotea la asistencia a las aulas. Somos el presente y futuro de esta sociedad, y como ello seguiremos apoyando propuestas que mejoran la educación, que buscan superar esta crisis con el mérito y el esfuerzo como pilares de nuestro sistema educativo, para continuar con un sistema democrático en libertad e igualdad de oportunidades.