- El pasado martes tiene lugar la presentación de una moción en el Congreso de los Diputados, donde se hacía referencia entre otros aspectos a “que una parte de la ciudadanía no podía decidir sobre la organización territorial del Estado… la imposibilidad de privar a los ciudadanos de un territorio de los derechos y libertades que la Constitución reconoce… que nadie está por encima de la ley…y que la Constitución es el marco de convivencia entre los españoles”.

Ante la moción y el grupo político que la presenta no tengo objeción alguna que manifestar, si bien es obvio, según mi modo de entender, que no es necesaria la votación sobre algo que está admitido de un modo claro y preciso por nuestra Constitución. No obstante, respeto que cada grupo político proponga lo que estime oportuno dentro del marco de la actividad parlamentaria.

En el transcurso de la votación se llega a la aprobación de la moción, gracias a los votos del PSOE, UPyD y PP. Pero se produce un hecho, que dará lugar a múltiples artículos, declaraciones y opiniones, en los diversos informativos y tertulias que a todos los niveles se desarrollan en todo el territorio español, y que por supuesto aparece en todos los medios de comunicación. El PSC se abstiene en la votación.

Esta situación y el destacarse la discrepancia del PSOE con el PSC, han puesto de relevancia la situación interna de este partido, acompañada de declaraciones de insignes personalidades socialistas, que han desempeñado importantes responsabilidades desde el inicio de la transición. Entiendo que estas circunstancias hayan aflorado ante la opinión pública, pero pienso que se ha sobredimensionado lo sucedido.

Es cierto que puede haberse producido una irregularidad en el Partido Socialista, por no haberse producido una votación unánime al respecto, aunque ha quedado patente que una gran mayoría de esta formación, por su voto afirmativo, ha contribuido a la aprobación de la moción presentada. Sin embargo, pienso que todo esto ha provocado un desenfoque en el tratamiento de la situación en Cataluña, se ha desviado la atención sobre el verdadero problema que afecta a esta Comunidad, que no ha sido originado por el PSOE y que afecta a la integración territorial del Estado.

Personalmente no me produce intranquilidad alguna, ni preocupación especial lo acontecido. Creo que se han lanzado las campanas al vuelo sobre el tema de la unidad del PSOE nacional respecto a sus relaciones con su representante catalán. Mi sincera opinión es que este hecho se produce en un partido donde se respeta la libertad de expresión y donde el que se mueve, respetando la legalidad,” sí sale en la foto”, pues el diálogo produce soluciones sin necesidad de llegar a escisiones o persecuciones. Me parece que nos olvidamos del permanente, tenaz e ímprobo esfuerzo, que desde Ferraz y acompañados por los socialistas catalanes, están desarrollando en un constante diálogo, para conseguir una salida que permita llegar a acuerdos que mantengan la integridad de Cataluña dentro de España, como dispone la Constitución.

El PSOE es un partido nacional, donde no hay peligro de rupturas ni desavenencias, aunque puedan haber discrepancias puntuales con el PSC, pero no existe la mínima duda sobre la necesidad de respetar la Constitución y contemplar la unidad indisoluble de España. Gracias al PSOE, junto con el resto de partidos políticos, se pudo efectuar la transición, salvaguardando la integridad territorial de nuestro país y afianzarla durante sus muchos años de gobierno. Tanto el Secretario General del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, como Pere Navarro están tratando de potenciar la alternativa de la tercera vía, que podría dar lugar al Estado Federal, sí, pero contando con la posibilidad que permite la Constitución, de poder hacer cambios, respetando su legalidad y con todos los ingredientes democráticos, que no produzcan diferencias en los derechos y en la igualdad de todos los ciudadanos españoles independientemente de su Comunidad o Ciudad Autónoma a la que pertenezcan.

Por lo tanto, los ciudadanos ceutíes no deben tener la más mínima preocupación por el mantenimiento de sus derechos, siendo su pertenencia a España, junto al reconocimiento de sus derechos, equiparables al mismo nivel, en todos los ámbitos, al que están los ciudadanos de Madrid o de Zaragoza, por ejemplo.

Recientemente también se han producido discrepancias entre la cúpula del PP y su representante en Cataluña, la Sra. Sánchez Camacho, y no ha pasado nada. Lo importante es que se produzcan acercamiento de posiciones, que se desarrollen aproximaciones entre todos los grupos políticos. Tiene que salir ganando la prudencia, el diálogo, que sin ceder ante los derechos básicos constitucionales, permitan que, respetando las peculiaridades de esta Comunidad, todos podamos convivir sin problemas. La política y los políticos tienen la obligación de buscar las fórmulas y propuestas, trabajar sin descanso para consensuar salidas. Personalmente estoy seguro que se logrará una solución y al final triunfará un resultado democrático favorable para todos.

En los próximos días tendrá lugar la culminación final de la Conferencia Política socialista, correspondiente a todo el proceso de diálogos, encuentros, propuestas y enmiendas que el PSOE ha mantenido durante todo el año, sobre la situación política y económica española, con un objetivo importante de regeneración de la democracia. El Partido Socialista además de continuar trabajando por la solución catalana, tiene pendiente importantes responsabilidades como principal partido de la oposición, pues son muchos los ciudadanos que estarán pendientes de sus alternativas respecto a las políticas de empleo, las pensiones, educación, sanidad, servicios sociales, paro juvenil, transparencia política, combatir de un modo denodado la corrupción etc. La alternativa socialdemócrata que nos permita a los ciudadanos salir de la política de ajustes y recortes, que no está ocasionando el crecimiento económico, tan necesario para los trabajadores, las familias y las empresas.