- A través de este manifiesto queremos expresar a los gestores de la educación hoy aquí presentes, nuestra enorme disconformidad, preocupación, malestar e indignación ante la dramática situación que está padeciendo toda la comunidad educativa.

Los recortes en becas y ayudas para libros de texto y comedor, el despido de miles de profesores, la falta de medios en los centros, el hacinamiento de niños y estudiantes en colegios e institutos, son sólo algunos de los problemas que padecemos todos los días y que retratan el desmantelamiento de la educación pública:

• Recorte de 275 millones de euros en becas y ayudas en los últimos dos años.

• 700.000 estudiantes que se han quedado sin ayudas para estudiar.

• 45.000 estudiantes han sido expulsados de la Universidad por no tener dinero.

• Cierre de líneas educativas en los Institutos, suprimiendo cursos enteros de infantil, ESO y bachillerato.

• 32.000 profesores despedidos en los últimos años.

• Potenciación de la escuela privada concertada y su separación del sistema público (a pesar de estar integrada, en teoría, en tal sistema), está contribuyendo a la polarización educativa del sistema escolar, con un aumento muy notable de las desigualdades en el país.

Todo esto bajo el falaz pretexto de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que no hay alternativa. Evidentemente todo esto es una demagogia que han creado y nos han hecho aceptar como parte del imaginario colectivo a través del pensamiento único creado por una ideología hegemónica, el neoliberalismo.

• Falaz porque es una ideología que empíricamente deja mucho que desear.

• Demagógica porque al tiempo que enarbolan el “austericidio” y nos exigen a los ciudadanos de a pie sacrificio mientras premian al capital con cantidades ingentes de dinero a pesar de ser los auténticos causantes de la decadencia social en la que nos encontramos inmersos.

Quieren acabar con la educación como derecho para convertirla en un negocio sólo al alcance de quien pueda pagarlo, como ocurría durante oscuras épocas pasadas, como las que tuvieron que padecer nuestros abuelos. La contrarreforma franquista de la educación – LOMCE – es una de las líneas maestras de este plan. Con ella pretenden expulsar a cientos de miles de estudiantes del sistema educativo de forma prematura y sin cualificación. Con este mismo objetivo pretenden introducir el pago de tasas en la educación infantil, el bachillerato y la FP superior. Quien no tenga recursos para pagar se quedará fuera.

Así lo declaró el Ministro a finales del curso pasado. También planean acabar con las becas y sustituirlas por préstamos bancarios con intereses. Pero no es lo único, este curso quieren aprobar un decreto para la Universidad en el que impondrán dos años de máster de pago cuyo coste oscila entre los 4.000 y 7.000 euros por año. Sólo podrá tener estudios universitarios quién disponga de alrededor de 20.000€ para pagarlos, es decir, una reducida minoría.

Como siempre, se gobierna a favor de los ricos, aunque esto suponga llevarse por delante el derecho a la Educación de cientos de miles de personas.

Si este comienzo de curso ha sido un auténtico desastre, no es nada comparado con lo que nos espera en un futuro inmediato. El ejecutivo ya se ha comprometido a asestar un nuevo golpe a la escuela pública: reducir el presupuesto del 4,3% del PIB que se invierte en educación actualmente, por cierto, el más bajo de la Europa de los 15, al 3,9% en el año 2015. Esto significará un nuevo recorte de miles de millones de euros.

La movilización y la lucha permanente es el único camino para frenar estos ataques. Lo que está en juego no es sólo el futuro de la educación pública, sino el futuro de millones de jóvenes y niños a los que se les está condenando al paro, la precariedad y el exilio económico, en definitiva, el futuro del país.