Think Tank Hispania 1188

En éstos momentos aciagos del Partido Popular surge la figura de Feijóo como un posible candidato a la sucesión de Casado, hay que decir que el dirigente gallego ya tuvo su oportunidad y rehusó en tablas, llegar mediante el ventajismo no es una forma de llegar, más allá de eso hablamos de una especie de Rajoy de infausto recuerdo para la derecha de este país, nadie imagina a un hombre como Alberto dando batalla ideológica y de las ideas, es un brillante pragmático que se mueve muy bien en la socialdemocracia que ha arruinado a Europa pero no se puede esperar de él la valentía de acabar con leyes inconstitucionales como las de género o de no dejar entrar en las aulas a hablarle de sexo a ningún menor de edad, se encuentra cómodo en el consenso progre y fuera de Galicia no es desde luego un personaje amado por la derecha sociológica sino que se le percibe como un pangalleguista progre incapaz de recuperar votos de VOX por muy cómodo que se encuentren los barones con alguien como él, pretendiendo mediante medios afines que Feijóo es lo que quiere el militante de base y el votante del PP o perdido por éste, simple y llanamente eso es mentira por mucho medio comprado que lo cante a los cuatro vientos, todo medio está untado por la máquina de Sánchez y éste prefiere mil veces confrontar y perder en su caso con Alberto Núñez que hacerlo y perder absolutamente seguro y de paliza con Isabel Díaz Ayuso. 

Hay multitud de intereses dentro del PP en que no sea Isabel y fuera del PP aún hay más, cuando uno quiere escuchar decencia y análisis debe escuchar a Cayetana, ella descaradamente apuesta por Isabel y lo hace por un sentido de la libertad, meritocracia y la capacidad para generar bienestar que la Diva madrileña arrastra en forma de tornado.

Comparar a Isabel y Alberto en cuanto el amor de los españoles es un absurdo, las calles de los pueblos jamás se van a volver locos por el segundo, eso es algo que los poderes fácticos del Partido conocen y por eso exactamente no quieren que sea ella, se llama envidia y también temor, el mandatario que más ha restringido libertades en la pandemia hasta parecer un totalitario del Psoe es justamente el Presidente de la Xunta, la persona que ha salvado Madrid y por ende España que se nutre de la teta de la maltratada provincia castellana es la Chulapa humilde que vive en sesenta metros cuadrados y sigue con los amigos de toda la vida sentada en las mismas terrazas, su humildad y firmeza en las convicciones no dejan lugar a dudas, por mucho que todo el aparato del estado y su propia formación política la hayan buscado matar por justamente matarse a salvar la vida de los madrileños, nunca se ha visto nada más infame en la pseudodemocracia española que preparar todo para hacerla parecer que no es una persona integra, vomitivo a la par que muy lindante con delictivo.

Galicia no es extrapolable al conjunto de España así como Núñez Feijóo no lo es, el número de escaños que sumaría este como candidato a la Presidencia de España sería mucho menor que el de la Musa de la derecha y no digamos ya la impronta de cada cual en cuanto los cambios que se producirían con su llegada, estamos ante un hombre del establishment profundamente continuista frente a una Ronald Reagan femenina que viene a darle una patada a la mesa podrida para traer una nueva, intelectualmente es ofensivo pensar que para que la deriva nacionalista de este país que es su cáncer con la inestimable colaboración del Psoe quien la tenga que arreglar sea Feijóo, de los últimos en bajar impuestos de sucesiones de los primeros en que el español solo se de en las ciencias pero no en las letras, Ayuso es la solución y Feijóo es parte del problema de la pérdida de identidad de la derecha popular, podemos jugar a hacernos trampas pero todo lo que ven ustedes está orquestado para que Isabel Díaz Ayuso no llegue a la Presidencia de España, a muchísimos les va su chiringuito en ello y sus baronías y actas de diputados, y claro se tendrían que poner a trabajar y eso no piensan hacerlo de ninguna de las maneras y prefieren que el cambio signifique que nada cambia.

Es muy cierto que Isabel se descarta a sí misma, por un lado, es lo que directamente la convierte en la persona idónea y por otro lado somos los demás los que tenemos la obligación de convencerla sencillamente porque es la mejor.

Y en el escenario de la España que viene guste o deje de gustar VOX es actor destacado y desde luego la capacidad para entenderse será vital si se quiere no poner una alfombra progre ¿se ve a Feijóo pactando con Abascal o con Sánchez? respecto a Isabel no hay dudas no irá con liberticidas totalitarios ni a la vuelta de la esquina y viene para borrar la progrez que emponzoña España mientras la destruye y fabrica necios mediante adoctrinamiento educativo y mediático, la piel de toro se juega sobrevivir y nunca es fiable aquél que no sabes si sube o baja, me quedo con Agustina de Aragón no tengo dudas o si prefieren Isabel de Castilla, tanta monta, monta tanto.

Y para cerrar, solo hay que ver el ejemplo. PSOE no solo no se ha decantado hacia la derecha para robar votos del PP, sino que se ha escorado a la izquierda, y el resultado es que ha dinamitado a PODEMOS. Si con esto PP no se da cuenta de que escorarse a la izquierda para robarle votos al PSOE no solo no le va a dar ese resultado, sino que sus votantes conservadores van a terminar por irse a VOX, como analistas políticos no valen nada. Con esta estrategia, PODEMOS casi ha desaparecido, y VOX ha sobrepasado al PP. Pero, es más, el hecho de que Ayuso se haya enrocado en las raíces ideológicas del PP, ya ha terminado fagotizando a CS, que, no nos engañemos, ha dejado de existir por la acción principal de Ayuso, que, además, si la dejaran, terminaría fagotizando al propio VOX. Ahora que ya es evidente que Casado está muerto y enterrado, se nos abren dos vías. La vía Feijóo, continuista del rajoyismo y del sorayismo pseudoprogre low cost y darle cuatro años más de presidencia al comunismo y a la estela de ETA, o afianzarse en las raíces ideológicas de la mano de Ayuso, ser liberal conservador sin complejos, y afianzarse como primera fuerza.