No solo deberíamos hablar de la pobreza en la semana cercana al 17 de octubre de cada año, la pobreza late a nuestro alrededor y casi nunca somos conscientes de que esto ocurre.

Nos podemos encontrar a una mujer pidiendo por la calle Real, unas veces le damos una moneda y otras no le hacemos ni caso, si no le hacemos ni caso, y eso nos ocurre a tod@s y por ello no somos ni peores ni mejores, es tan cercano y tan latente que nos acostumbramos a ello. Lo mismo que nos acostumbramos a ver miles de refugiados tratando de llegar a Europa por tierra y por mar, o a cientos de emigrantes que pierden la vida en el mar tratando de encontrar una vida mejor.

No quiero ser juez de nada ni de nadie, en cualquier momento de nuestra vida nos sensibilizamos con algún caso que nos llega muy dentro e incluso se nos saltan las lágrimas, pero de tanto verlo nos estamos endureciendo y cada día somos menos sensibles.

Hoy os quiero hablar de la feminización de la pobreza, de esa pobreza que existe a nuestro alrededor y nos sentimos impotentes porque no se encuentra solución para remediarla y dentro de esa pobreza las más vulnerables son las mujeres, está demostrado y os quiero poner algunos ejemplos:

Familias monomarentales que la cabeza de familia se ha quedado sin trabajo, ha cobrado la prestación por desempleo que ha ido mermando mes a mes, se ha terminado la prestación y ha cobrado la ayuda de algo más de cuatrocientos euros y esa ayuda también se termina y ahora tiene que subsistir con la pensión que le pasa el padre de sus hij@s. Ha de pagar: alquiler, luz, agua, material escolar, alimentación, etc. y desesperadas tiene que acudir a Asuntos Sociales a pedir ayuda, pero, la cantidad de peticiones es tan grande que tiene que guardar un orden. Algunas nos dicen que tardan varios meses en ser atendidas y entonces recurren a nosotras que gracias a la red que formamos varias asociaciones pueden recibir ayuda de alimento de emergencia.

El índice de pobreza en Ceuta estaba, según estudio de EAPN-ESPAÑA, en un 47,3% de la población, podemos asegurar que más del 60% de estas personas son madres con hij@s que están muy por debajo del nivel de la pobreza.

Dentro de este grupo donde encuadramos la feminización de la pobreza están esas mujeres viudas que malvivían con una humilde pensión y que ahora han de alimentar a hij@s y nietos porque no tienen ningunos ingresos y entonces son ellas las que acuden a las ONG´s solicitando ayuda alimentaria para poder poner un plato de comida en su mesa.

Solo deseo que el 17 de octubre del año 2017, podamos escribir un artículo mucho más positivo que el que llevamos escribiendo en los últimos años.