Sanín, junto a Márquez y Sastre, en la sede del PP ceutí.
- Ante el resquebrajamiento del estado de bienestar y el inminente rescate al que se veía sometido el país a causa de la errática política del gobierno socialista, el gobierno del Partido Popular se vio obligado a adoptar medidas que, aunque profundamente impopulares, eran absolutamente necesarias al encontrarse con un agujero económico sin precedentes en las arcas del Estado, que estaba al borde de la quiebra.

Eran pues imprescindibles aquéllas medidas para iniciar el camino de la recuperación económica, alcanzar el equilibrio de las cuentas públicas y empezar a crear empleo.

Tras dos años y medio de gobierno del Partido Popular y con el esfuerzo de todos los españoles, se han generado los recursos necesarios que permitirán recoger los frutos de aquél sacrificio, descargando la presión fiscal de los contribuyentes y, en mayor medida, a los de rentas bajas y medias mediante la ya anunciada Reforma Fiscal, de contenido profundamente social.

Aunque, por supuesto, esta Reforma será retocada en los puntos más sensibles, mantendrá la esencia de su espíritu, que no es otro distinto al de aliviar la carga impositiva a los contribuyentes de menos recursos, bajando los impuestos más de lo que en su día se subieron y, por ende, 20 millones de declarantes verán aumentar sus nóminas a partir de enero de 2015.

El gobierno del PP cumple su promesa electoral de bajar los impuestos, quiso hacerlo al inicio de esta legislatura pero no pudo ser al encontrarse el país al borde de la quiebra y con un déficit superior al 9%. Entonces no había margen para adoptar medidas menos dolorosas si se pretendía salir de la recesión, reducir el déficit y asentar las bases de la recuperación económica y el equilibrio de las cuentas públicas.

En poco más de dos años, la política reformista de Mariano Rajoy y el esfuerzo de todos los españoles, han dado sus frutos y se ha dejado de hablar de rescate para hablar de recuperación.

Este proceso de recuperación ha sido y sigue siendo lento, pero con el esfuerzo de todos, se alcanzarán cuotas de empleo que permitirá recuperar el estado de bienestar perdido; el gobierno del Partido Popular se ha empeñado en ello y poco a poco va logrando crear empleo neto, aunque todavía no en la medida deseada. Así, mientras se mantenga la elevada tasa de desempleo actual, se exigen mayores y más inmediatas soluciones.

En los cinco primeros meses del año, 550.000 españoles han accedido al mercado laboral de forma indefinida, y en el mes de mayo la cifra de parados ha bajado en 112.916 y la cifra de afiliados a la Seguridad Social se incrementa en 200.000. Son indicadores del buen camino emprendido y la esperanza de una sostenibilidad futura en el ámbito social, económico y financiero.

Son pues necesarias, medidas que permitan alcanzar cuotas de mayor empleo y, sin lugar a dudas, la Reforma Fiscal será un instrumento eficaz para lograrlo; podrá no ser suficiente pero sí un medio para reducir la tasa de desempleo actual. Por ello y para ello está empeñando el Gobierno todos sus esfuerzos, consciente como es, de que sin empleo de calidad y sostenible no se puede hablar de plena recuperación económica.

Con la Reforma Fiscal, las rentas bajas y medias, así como las familias con hijos, con ascendientes o discapacitados a su cargo, son las más beneficiadas y, por ende, personas que cobren menos de 12.000€ al año no pagarán por IRPF. Esta reforma será de aplicación en los ejercicios de 2015 y 2016 y, excepto para las rentas muy altas, supondrá que todos los ciudadanos paguen menos de lo que pagaban en el 2011 en concepto de IRPF. La rebaja media por este concepto, supondrá un 12.5% de reducción en 2016 respecto a lo que se paga en estos momentos.

Asimismo, para quienes declaren menos de 24.000 € al año, el descenso final será el doble, es decir, pagarán un 23% menos que en el 2014 y se reducirá en un 31.06 % para los contribuyentes con rentas menores de 18.000€ anuales. El tipo mínimo bajará del 24,75% actual, al 20% en el 2015 y, hasta el 19% en 2016; es decir, nos encontraremos con una importante bajada de impuestos si tenemos en cuenta que, en el 2011 y bajo el gobierno socialista, estaba en el 24%. Por tanto, las rentas medias y bajas serán las más beneficiadas.

El tipo máximo previsto para los que más tienen, se reducirá del 52% al 47% en 2015 y hasta el 45% en 2016; no obstante, serán estos contribuyentes quienes sigan soportando una mayor presión fiscal en concepto de IRPF. Una Reforma Fiscal que también acoge las circunstancias familiares y laborales que concurren en las mujeres, manteniendo la ayuda de 100 euros al mes para las madres trabajadoras e introduciendo nuevos supuestos de protección a familias numerosas o con miembros discapacitados, con una deducción de 1.200 euros al año que podrán cobrar de forma anticipada. Asimismo, los mínimos exentos por hijos se incrementan hasta un 32%.

El Impuesto de Sociedades bajará del 30% actual al 28% en 2015 y al 25% en 2016. Y se reforzarán deducciones a favor de las pymes para que paguen finalmente en torno al 20%.

Se crea la “Reserva de Capitalización”, por la que cualquier empresa puede destinar una provisión exenta de impuestos hasta el 10% de su beneficio. Con ello se promueve la autofinanciación de las empresas.

La “reserva de nivelación” se crea sólo para pymes para que puedan hacer uso de su beneficio no repartido y no tributarlo durante cinco años para compensar futuras pérdidas. Y se mantiene una fiscalidad reducida al 15% para nuevos emprendedores.