Javier Díez Nieto

Empecemos con la tiranía de la agenda 20/30 o agenda verde, porque gracias a ella, seremos un país feliz, con la garantía del pobre autosuficiente y viviendo en una sociedad primitiva, donde nada tendremos, pero estaremos muy contentos y felices. Eso sí, eructando bellotas que es a lo que nos conducen sus objetivos. Además, todos seremos veganos por imperativo legal. ¿Comer carne o proteger la huella de CO2? Sera la duda que muchos se planteen. Y además sin coche que contaminan tanto, como los cuescos del ganado. Pero bueno, la legión de imbéciles con su pensamiento de chatarra son también hijos de Dios, y aunque sus cabezas se nutran de la morralla que les lanzan los medios de comunicación, estarán felices.

Por otra parte y refiriéndonos solo a nuestra nación, no cabe duda de que la vergüenza no existe en nuestro país, y así a nuestro actual gobierno le agrada gobernar armando ruido con el escándalo de sus leyes y evitando que con su ruido, los ciudadanos reflexionen sobre la bondad o perjuicios de las mismas  y no nos olvidemos que el que reparte el dinero publico siempre coge su buen trozo.

Así tenemos a un partido, Podemos, que con su infantil y gigantesco “Yo”, ha transformado su fanatismo ideológico en populismo colectivista. ¡En fin!, que hay poco sentido común en todas sus universitarias leyes friquis. Por ello, es necesario hacer un pequeño recorrido por algunas de las leyes que se han impuesto mediante decreto ley (autorizado para cuestiones urgentes) y empecemos, más o menos y de forma suscinta a analizarlas cronológicamente:

En primer lugar empezamos con la declaración del estado de alarma por el Covid, que nos encerró en nuestra casas, metiéndonos miedo y enseñándonos a ser delatores unos de otros. Y que se aprovechó para abrir las puertas del CNI a determinados partidos.

La ley del aborto, por la que se considera un derecho, y que tan solo analiza a la persona humana por su naturaleza genética no por su naturaleza humana. Por cierto, cambiando de criterio, el recurso que se presentó por el PP contra ella, ha sido reconocido actualmente por ese mismos partido como ley legal. ¡Bueno, las leyes hitlerianas, también eran todas legales!.

La ley de la eutanasia, en la que se considera la posibilidad de acabar con una vida si esta lo decide. Se beneficia su utilización, en vez de aumentar el presupuesto de las medidas paliativas tan necesarias. ¡Vamos! Cada vez más cerca del mundo feliz de Huxley. Al respecto, ya Pablo Iglesias, considera que a partir de determinada edad se debía prohibir votar a las personas mayores. Y esta opinión, ¡Es un buen comienzo!

La ley de Si es solo si, que permite rebajar las penas e incluso dejar en libertad a violadores y agresores sexuales, ya condenados. Y que en una tozudez infantil se niegan a derogar. Sin duda, obligan al pobre sexo masculino a poner una “a” en sus nombres en el registro civil y cambiar de género, para evitar problemas.

La ley Trans, que da un golpe de muerte al feminismo y a toda su lucha reivindicativa de tantos años, además de facilitar la aparición de verdaderos problemas de igualdad y sanitarios en un futuro no muy lejano. Y veremos qué pasa con los candidatos a las futuras oposiciones del estado.

La ley de Bienestar animal, que castiga más duramente matar una rata que maltratar a un niño. ¡Pobres de aquellos, que tienen mascotas! Los van a volver locos solicitándoles permisos y ya veremos si no tienen que sufrir la visita de trabajadores sociales para animales, que visitaran sus domicilios, para comprobar la felicidad de las mascotas. Al margen de los granjeros, gentes del campo, tiendas de animales y muchos más que vivían gracias a ellos.

Pero bueno, si quitamos, el estado de alarma (inconstitucional), la ley del aborto, la ley de la eutanasia, la ley del Si es Si, la ley Trans, la ley de bienestar animal y otras parecidas que ya están o que también llegaran (como la futura ley de Seguridad ciudadana, que limita aún más la actuación de la F y C de Seguridad, dejando la calle en manos de las subvencionadas masas de acoso), estaremos de acuerdo que en España (que ya no la reconoce nadie), el gobierno radical populista actual, no lo ha hecho nada mal en todo aquello que no ha hecho nada.

Pero bueno, seguro que los medios de comunicación tan bien subvencionados nos hablaran de las bondades y del progreso que todas ellas significan y nadie saldrá la calle a protestar (es el conocido, agip-prop). Y ahora, a esperar las sesudas opiniones de los inefables comentaristas anónimos que, seguro que nos iluminaran, evacuando sus sentinas llenas de profundas reflexiones.